Jugando con tu compañero

LA PAREJA QUE JUEGA JUNTOS, SE QUEDA JUNTOS

Mi otra mitad y tengo formas de conectarme, creo que podría ayudar a que cualquier pareja se sienta más cerca, así que pensé en compartir algunas de ellas.

¿Dónde está el oso?

Para el Día de San Valentín, mi pareja amorosa me regaló un osito con una rosa. No soy un gran fanático de los peluches. La idea de un par de docenas de osos descansando cómodamente sobre mis almohadas parece poco viril, pero acepté el regalo con el espíritu amoroso que se le dio, pensando que probablemente terminaría siendo un juguete para perros en el futuro cercano.

Desde entonces, el osito ha aparecido en varios lugares diferentes: en el baño (sentado en el trono), en mi escritorio, simulando escribir mi columna, junto a la puerta de entrada para saludarme cuando mi pareja no ha podido -y me da un pequeño impulso. Este juego es algo en lo que raramente pienso, pero cuando el oso resurge, siempre sonrío, y me inspira a corresponder de alguna manera.

Intercambio de tarjetas

Cada vez que nos damos una carta, nunca está en su forma original. Agregamos palabras a las que ya están allí, dibujamos o adjuntamos algo significativo (mi favorito son algunos pétalos de rosa). Nunca firmamos nuestros nombres, sino que agregamos sentimientos apropiados. Realmente hace que lo que puede ser una acción superficial sea un verdadero gesto amoroso.

También nos escribimos pequeñas notas de amor. Poner energía en la palabra escrita es más conmovedor que un texto o un correo electrónico. Ya sea a mano en una hoja de papel en forma de corazón o con su membrete, el impacto es potente, y es algo que ahorrará para redescubrir y sonreír de nuevo en algún momento en el futuro. Me encanta especialmente cuando encuentro algo en mi maletín; a ella le gusta encontrar notas en su almohada. Enviar una tarjeta o nota por correo también es un gesto maravilloso. La gente rara vez hace eso, por lo que tiene un mayor significado.

Nuestro mes-a-versario

El día 12 de cada mes, celebramos el día que nos conocimos. En algún momento la celebración es pequeña, como la cena en casa, y a veces espectacular, como una noche en la ciudad. La actividad es menos importante que simplemente saber que, pase lo que pase, tenemos un día especial para los dos, al menos una vez al mes.

Saboreando recuerdos

Una de las cosas que tenemos en común, y que fortalece nuestro vínculo, es que a los dos nos gusta tomar fotos, muchas fotos. Me alegra imprimir uno o dos y ponerlos en la galería familiar; a mi compañero le gusta crear álbumes de recortes, que incluyen talones de boletos, programas, notas y cosas similares. En ocasiones, revisamos los álbumes de recortes y las imágenes en la computadora. Nunca una vez ha hecho esta actividad, excepto que nos haga sentir más cerca.

Siéntase libre de tomar prestada cualquiera de estas ideas, o encuentre sus propias formas de reconocer su relación y hacer que los demás se sientan especiales. Descubrir cosas que los hacen sonreír a ambos es un generador de relaciones. Estos son los lazos que unen.