La biología de la culpa, parte II

En mi primer post para Psychology Today, Biology and Blame, me centré en los esfuerzos para promover el conocimiento de las contribuciones biológicas a los trastornos alimentarios como un intento de mitigar el estigma asociado con estas enfermedades. Aunque aumentar la comprensión de las contribuciones genéticas a los trastornos alimentarios puede reducir el grado de culpa de las personas afectadas, abrazar las explicaciones biológicas para las diferencias grupales cuando los grupos se basan en distinciones biológicas y sociales puede contribuir al reduccionismo biológico y reducir la presión sobre la sociedad para abordar contribuciones sociales a los trastornos.

Como ejemplo específico, sabemos que los trastornos alimenticios son más comunes en las mujeres que en los hombres. También sabemos que podemos entender las diferencias entre mujeres y hombres en términos de sexo (una distinción biológica) o de género (una distinción social). Históricamente, las explicaciones biológicas de las diferencias "sexuales" han contribuido a los argumentos en contra de las mujeres que buscan la igualdad social con los hombres y se han utilizado para dejar a la sociedad sin gancho por las diferencias salariales y profesionales entre hombres y mujeres. En contraste, una explicación social de las diferencias de "género" tiende a apoyar una visión en la que los hombres y las mujeres pueden ser iguales.

¿Qué significa esto para comprender las diferencias entre hombres y mujeres y su riesgo de desarrollar trastornos alimentarios? ¿Deberíamos rechazar las explicaciones biológicas porque reflejarían un tipo de determinismo biológico que nos dejaría impotentes para reducir el riesgo de desórdenes alimentarios de las mujeres? ¿Deberíamos buscar explicaciones sociales para mantener los esfuerzos para reducir las presiones sociales dirigidas a las mujeres a alcanzar un ideal de belleza peligrosamente delgado? ¿Cómo funciona este enfoque con los intentos de reducir el estigma al aumentar la conciencia del papel de la biología en el desarrollo de los trastornos alimentarios?

No conozco las respuestas a estas preguntas, pero sí sé que hay investigaciones que respaldan la relevancia de las hormonas gonadales (es decir, estrógenos, progesterona, testosterona) para comprender el desarrollo de los trastornos alimentarios. Esta investigación podría contribuir a nuestra comprensión de por qué los trastornos alimentarios son más comunes en las mujeres. También sé que reconocer una contribución biológica a las diferencias sexuales no significa que tengamos que aceptar esa diferencia como inmutable. El problema con el determinismo biológico no es la biología, es el determinismo. Es la suposición de que los factores biológicos son inmutables (y la suposición implícita de que los factores sociales se cambian fácilmente). Cualquier factor establecido será difícil de cambiar. Sin embargo, es imposible cambiar un factor si nos permitimos ignorar su relevancia.