Medicina basada en raza

La medicina basada en la raza ha sido uno de los temas más polémicos en investigación y desarrollo farmacéutico en los últimos años. Algunos argumentan que las drogas específicamente etiquetadas para tratar grupos raciales específicos ofrecen una forma invaluable de luchar contra las disparidades raciales en la salud al dirigirse a las poblaciones en riesgo. Otros afirman que la medicina basada en la raza trata inapropiadamente a la raza como una causa biológica de las disparidades raciales cuando los factores sociales y ambientales más amplios pueden ofrecer mejores explicaciones.

Gran parte de este debate involucra la aprobación en 2005 por la FDA de BiDil, que se convirtió en la primera droga etiquetada para un grupo racial específico: afroamericanos con insuficiencia cardíaca. El calor generado por este debate se ha desvanecido debido a la falla del mercado de BiDIl. Pero, parece que una nueva droga puede reavivar algunas llamas.

Tradjenta fue desarrollado por Boehringer Ingelheim Pharmaceuticals y Eli Lilly para tratar la diabetes tipo 2. Pero los resultados de un ensayo clínico de fase III mostraron recientemente que Tradjenta fue particularmente beneficioso para controlar los niveles de azúcar en la sangre de los afroamericanos. Las notas de la nota de prensa:

Los adultos afroamericanos se ven desproporcionadamente afectados por la diabetes diagnosticada. En los EE. UU., El riesgo de diabetes es un 77 por ciento mayor para los adultos negros no hispanos, en comparación con los adultos blancos no hispanos, con aproximadamente el 18,7 por ciento (4,9 millones) de todos los adultos negros no hispanos que viven con la enfermedad.

John Smith, vicepresidente senior de Boehringer Ingelheim, elogió estos resultados en el mismo comunicado de prensa señalando que Tradjenta podría "proporcionar a los pacientes adultos negros o afroamericanos con otra opción para mejorar el control de su azúcar en la sangre".

¿Hay otro BiDil en el horizonte? Es importante reconocer que Tradjenta ya había recibido la aprobación de la FDA para tratar la diabetes tipo 2 en la población general antes del anuncio de estos resultados específicos de la raza. Esto es diferente de BiDil, donde los investigadores buscaron una indicación específica de raza de la FDA porque de lo contrario no podrían obtener la aprobación regulatoria como un medicamento neutral para la raza. A pesar de estas diferencias, tratar las disparidades raciales en la diabetes como una diferencia grupal observada de forma natural que se puede resolver al menos parcialmente con una píldora comparte algunas similitudes con la saga BiDil. En ambos casos, hay una tendencia a naturalizar las disparidades raciales como una función de la diferencia grupal en lugar de tener un compromiso más profundo con los determinantes sociales de la salud.

Esto lleva a una pregunta importante: si Tradjenta ya recibió aprobación para su uso en la población general, ¿por qué no sería efectiva en los afroamericanos? Dicho de otra manera, ¿por qué pasar el tiempo y los gastos de llevar a cabo un ensayo clínico para demostrar la eficacia en un grupo racial particular cuando el medicamento ya ha sido aprobado para todos, independientemente de la raza?

No está claro cómo se pueden utilizar estos resultados recientes de ensayos clínicos. Tal vez este sea otro ejemplo del uso de un ensayo clínico como un dispositivo de comercialización con la esperanza de capturar una mayor porción del mercado. Lo que está claro, sin embargo, es que probablemente esta no sea la última palabra que escucharemos sobre Tradjenta.