“La clave no es priorizar su horario, sino programar sus prioridades”. – Stephen Covey
En nuestro mundo exagerado, sobrecargado de información, demasiadas cosas para hacer, es demasiado fácil perder el rastro de la pareja. Es posible que esté leyendo las noticias en la cama en su tableta, contestando el teléfono en la mesa de la cena, trabajando los fines de semana o simplemente persiguiendo constantemente a los niños o las tareas domésticas. Sí, nuestros hijos nos necesitan. Sí, hay mucho que hacer. Pero si el costo está debilitando su relación, ¿realmente vale la pena?
Responder a la última ‘crisis’ en el caos se siente necesario como una forma de mantener incluso un sentido menor de control. Pero el control sobre las “cosas” en nuestras vidas solo va tan lejos cuando se trata de mantenernos en una relación saludable. El comentario de Covey es un importante recordatorio de que debemos programar nuestras prioridades, y para mí, eso significa nuestros cónyuges, si queremos prosperar.
Si tiene TDAH, el comentario de Covey adquiere especial urgencia. ADHD significa que a menudo se distrae de lo que está haciendo, que es difícil mantenerse organizado y que tiene problemas para concentrarse en lo que es importante, en comparación con lo que se siente bien en ese momento. Tanto como los adultos con TDAH aman a sus parejas, a menudo no es la pareja la que “se siente bien en el momento”. A largo plazo, eso crea un estrés real en una relación.
El resultado es que si los dos no programan sus prioridades, como sugiere Covey, perderán el rastro de su compañero. ¿Cuántas veces has escuchado “que nos separamos” de una pareja que terminó por divorciarse? Lo más probable es que olvidaran que su prioridad más importante era la del otro, no sus proyectos, tareas o trabajo.
Su pareja es probablemente su prioridad número uno. ¿Tiene un horario de tiempo para ‘asistir’ unos a otros? Si no, necesitas comenzar. Literalmente. Escribe las cosas en tu agenda y apégate a ellas. Considere cualquiera de los siguientes:
Y aquí hay un consejo más: mientras se programan mutuamente, no se preocupe demasiado por quién “dirige” esto. Los dos ganan cuando están juntos, divirtiéndose y recordando lo que aman el uno del otro. Si el socio más organizado tiene que iniciar la discusión sobre qué hacer, que así sea.
Adelante: sé creativo … ¡y no olvides programarlo! La programación puede sonar forzada, pero es una excelente manera de proteger tu relación de la enorme cantidad de “vida” que te llega constantemente.