Tratamiento de niños y adolescentes para la depresión y la ansiedad

¿Cuál debería ser el tratamiento inicial para las personas jóvenes deprimidas o ansiosas?

Los niños y adolescentes pueden desarrollar trastornos depresivos y de ansiedad clínicamente significativos. Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y los inhibidores de la recaptación de serotonina-norepinefrina (IRSN) a menudo se recetan para ayudar a los niños y adolescentes con estos trastornos. ¿Pero estos medicamentos funcionan? ¿Están a salvo? ¿Hay mejores alternativas?

En un artículo publicado en JAMA Psychiatry, Cosima Locher y sus colegas utilizaron una técnica estadística llamada metanálisis para combinar datos de ensayos de medicamentos publicados previamente (36 ensayos con 6778 participantes) para abordar estas preguntas. Un editorial acompañante de Sally Merry, Sarah Hetrick y Karolina Stasiak discutió recomendaciones de tratamiento basadas en Locher et al. metaanálisis.

El metanálisis mostró que los medicamentos pueden ayudar a los jóvenes que padecen trastornos depresivos y / o de ansiedad, pero el beneficio de dichos tratamientos no fue mucho mayor que el tratamiento con placebo. Se encontró que el efecto positivo del tratamiento con medicamentos es pequeño cuando se trata la depresión y se modera cuando se tratan los trastornos de ansiedad.

El tratamiento con medicamentos no está exento de riesgos. Locher y sus colegas informaron que los efectos secundarios comunes estaban presentes en los grupos de placebo y de tratamiento con medicamentos; sin embargo, los efectos secundarios potencialmente graves, como los pensamientos de suicidio, fueron más comunes en los grupos de medicamentos. Además, más personas descontinuaron medicamentos cuando tomaban un medicamento activo que tomando un placebo. Por lo tanto, este análisis sugiere que los medicamentos son un poco más efectivos que el placebo pero tienen el potencial de efectos secundarios significativos. El perfil de beneficio versus riesgo de tomar medicamentos fue más favorable en el tratamiento de los trastornos de ansiedad que en el tratamiento de los trastornos depresivos.

Los datos también mostraron claramente que existe una respuesta sustancial al placebo en el tratamiento de estos trastornos, siendo la respuesta al placebo para los trastornos depresivos mayor que para los trastornos de ansiedad. El término “respuesta al placebo” puede ser un poco engañoso. Muchos pacientes con una amplia gama de enfermedades tienden a mejorar a partir de los efectos no específicos de tener un equipo de tratamiento comprensivo. El efecto placebo es un fenómeno complejo pero muy real y clínicamente importante.

Las psicoterapias orientadas a la juventud y dirigidas por la familia pueden ser efectivas para ayudar a los jóvenes con depresión y trastornos de ansiedad. Se sabe poco sobre los riesgos de las psicoterapias específicas, pero se cree que el perfil de beneficio versus riesgo es mejor para las terapias de conversación basadas en la evidencia que para los medicamentos. Además, existe cierta literatura que sugiere que la terapia basada en Internet, como la terapia cognitivo-conductual, no es inferior a la terapia cara a cara más cara en adultos. Estas últimas observaciones, si se demuestra que son aplicables a una población más joven, son potencialmente importantes debido a la escasez de terapeutas con entrenamiento en formas de psicoterapia basadas en la evidencia.

Merry y sus colegas hacen varias sugerencias razonables en su editorial. En primer lugar, es importante reconocer cuándo un niño o adolescente desarrolla un trastorno depresivo o de ansiedad. Una vez reconocidos, los tratamientos no específicos que aprovechan los “efectos placebo” podrían ser una primera estrategia efectiva. Este enfoque podría implicar que los miembros del equipo de tratamiento permanezcan en comunicación estrecha con el paciente y su familia. Para aquellos que no mejoran con tales intervenciones, la psicoterapia basada en evidencias sería un próximo paso razonable. Para aquellos que no están interesados ​​en los enfoques psicoterapéuticos o que no han respondido bien a dichos tratamientos, se podría considerar la farmacoterapia. Cada vez que se introducen medicamentos, es importante un seguimiento cuidadoso.

Los trastornos depresivos y de ansiedad en niños y adolescentes se asocian a una disfunción significativa, así como a una psicopatología y discapacidades más adelante en la vida. El reconocimiento temprano y el tratamiento son importantes. Los artículos que revisamos aquí ofrecen una orientación reflexiva sobre cómo abordar dicho tratamiento teniendo en cuenta la naturaleza compleja de la depresión y la ansiedad infantiles.

Esta publicación fue escrita por Eugene Rubin MD, PhD y Charles Zorumski MD.

Referencias

Locher, C., Koechlin, H., Zion, SR, Werner, C., Pine, DS, Kirsch, I., Kessler, RC, y Kossowsky, J. (2017). Eficacia y seguridad de los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, inhibidores de la recaptación de serotonina-norepinefrina y placebo para trastornos psiquiátricos comunes en niños y adolescentes: una revisión sistemática y un metanálisis. JAMA Psiquiatría. 74 (10): 1011 – 1020.

Merry, SN, Hetrick, SE, y Stasiak, K. (2017). Eficacia y seguridad de los antidepresivos para niños y adolescentes: implicaciones para la práctica clínica. JAMA Psiquiatría. 74 (10): 985 – 986.