Conciencia de sí mismo, Empatía y Evolución

La autoconciencia en los humanos es un hito importante en el desarrollo. Es el punto en el que un individuo, por lo general alrededor de los 2 años, desarrolla la capacidad de identificarse objetivamente. Los estudios han demostrado que otros mamíferos, como los chimpancés, los gorilas, los delfines nariz de botella y los elefantes, también tienen la capacidad de autoconciencia.

Un estudio recientemente publicado por Helmut Prior y sus asociados del Instituto de Psicología de la Universidad de Goethe en Frankfurt ha demostrado que las urracas también demuestran esta capacidad. Esto tiene implicaciones importantes para la teoría de la evolución, ya que los cerebros de mamíferos y aviares son completamente diferentes y se han desarrollado a lo largo de diferentes líneas evolutivas; parece que la capacidad de autoconciencia se ha desarrollado dos veces.

Prior y sus colegas colocaron un punto de color en el cuello de las urracas, que solo podían ver si se miraban en un espejo. La premisa era que, si las urracas pudieran identificar el reflejo en el espejo como ellos mismos, tendrían la tendencia a elegir el punto, lo cual hicieron consistentemente.

El control para el experimento fue un punto negro, el color de las plumas de los pájaros, colocado en el mismo lugar. Los pájaros no hurgaron en este punto, lo que sugiere que el punto en sí no les molestaba, sino que era la presencia de algo reconocidamente extranjero que promovía el comportamiento de la cosecha.

La autoconciencia es un componente esencial en el desarrollo de la empatía. Se encuentra en el centro de la conciencia egocéntrica, que es el primer paso en el desarrollo de la inteligencia social. La calidad de la autoconciencia promueve (aunque no siempre garantiza) el desarrollo de la "otra" conciencia, que es el "yo-tú" del etnocentrismo.

El trabajo de Prior sugiere dos cosas. En primer lugar, la característica de la autoconciencia no se limita a los mamíferos, y en segundo lugar, que esta característica es un imperativo evolutivo compartido por las criaturas sintientes de más alto rendimiento de todos los géneros. Tenga en cuenta que las urracas, junto con cuervos y cuervos, tienen cerebros considerablemente más grandes y son demostrablemente más inteligentes que otras aves.

Aquí hay una advertencia interesante; si la autoconciencia y la empatía por asociación son imperativos evolutivos compartidos por especies de mayor funcionamiento, ¿por qué los seres humanos pueden carecer de empatía? Es porque elegimos hacerlo.

Los chimpancés, los gorilas, los delfines nariz de botella y los elefantes demuestran empatía incondicional e incondicional hacia sus hermanos cada vez que la situación lo requiere. Sí, los chimpancés cazan (con lanzas, nada menos), matan y comen bebés arbustivos (otro tipo de mono), pero es poco probable que seamos testigos del equivalente de los primates de Darfur, Ruanda o incluso del apartheid.

Parecería, una vez más, que lo que nos hace humanos, el libre albedrío, sigue siendo nuestro mayor obstáculo y desafío, incluso frente a una fuerza tan implacable como la evolución.

© 2008 Michael J. Formica, Todos los derechos reservados

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