El desafío de Acción de Gracias

A medida que nos acercamos a la temporada de Acción de Gracias, un momento en que se pide a las familias que personifiquen la sensación de unión y gratitud de Norman Rockwell, algunos pueden sentirse presionados a convertirse en una familia que no son. Existe una especie de obligación nacional de parecer una familia cercana y feliz, incluso si solo para este significativo día del año.

Pero, ¿y si no tienes relaciones tan buenas con tu familia? ¿Qué pasa si tus padres son demasiado críticos, tus hijos no siguen un camino que apruebas, o estás alejado de tus hermanos por alguna razón importante? ¿Qué pasa si hay problemas sin resolver entre los miembros de tu familia y temes la fiesta de noviembre porque sabes que tendrás que fingir, manteniendo tus resentimientos y tu ira en secreto?

Es cierto que disfrutar de lazos cercanos y amorosos con la familia puede engendrar sentimientos de paz interior y bienestar espiritual, especialmente en un mundo impredecible y materialista. Pero, ¿hay alguna razón para estar agradecido, incluso si su familia no cumple con el idealizado retrato de Rockwell? Antes que nada, creo que es importante reconocer lo obvio: las familias ideales son solo eso: ideales, no reales. En cada grupo de parientes sentados alrededor de las mesas de Acción de Gracias en unas pocas semanas habrá quienes sufran de problemas matrimoniales, dominación autoritaria o descuidada, conflictos entre hermanos, incluso oscuros secretos de mala conducta o abuso.

Antes de que podamos dirigir nuestra atención a la gratitud, es necesario llorar por la familia que deseamos tener pero no tenemos. Nunca es beneficioso ignorar los problemas y simplemente decirnos a nosotros mismos que "apreciemos lo que tenemos". Algunos de nosotros debemos hacer frente a problemas familiares más serios que otros, y tales dificultades requieren más de nosotros que aquellos que pueden ser bendecidos con una vida familiar más feliz.

Después de reconocer lo que puede faltar en nuestras relaciones familiares, cada uno de nosotros puede enfocarse en lo positivo. Tal vez tuviste una buena relación con uno de tus parientes en el pasado, y estás trabajando para que las cosas mejoren en el futuro. Tal vez hay un miembro de la familia con quien tiene una conexión especial, con quien se siente libre de ser usted mismo. O quizás hayas creado una "familia" con amigos queridos y de confianza, un grupo con el que te sientes más "relacionado" que la familia en la que naciste.

No importa cómo llegue a ese lugar de gratitud, tómese el tiempo para dejar que sus sentimientos de gratitud resuenen. Ser sinceramente agradecido puede ser más desafiante para algunos que para otros. Pero a veces esos desafíos mejoran el verdadero espíritu de Acción de Gracias.

– Dra. Ana Nogales