La era venidera de las máquinas emocionales

Emotion AI está creciendo rápidamente y traerá muchos cambios a nuestra sociedad.

Usted tiene una fecha límite para el informe en 20 minutos y su software sigue reformateando incorrectamente su documento. O está conduciendo cuando otro automóvil lo interrumpe en la intersección. O estás enojado con tu jefe y decides finalmente decirle cómo te sientes realmente por él en un correo electrónico.

¿No sería genial si la tecnología pudiese detectar sus sentimientos e intervenir para solucionar el problema, evitar que haga algo peligroso o señalar los beneficios de conservar su trabajo?

Bienvenido al mundo de la informática afectiva, también conocida como inteligencia emocional artificial o AI de la emoción. Se está incorporando rápidamente a todo, desde pruebas de investigación de mercado hasta interfaces automotrices, chatbots y robótica social, esta es una rama de la IA que continuará creciendo rápidamente en las próximas décadas. Según el grupo de investigación Markets and Markets, esperan que el mercado global de computación afectiva crezca de $ 12.20 mil millones en 2016 a $ 53.98 mil millones para el 2021, a una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) del 34.7 por ciento.

Durante décadas, nos hemos vuelto cada vez más dependientes de nuestras computadoras y otros dispositivos para realizar tareas y facilitar nuestras vidas. En el camino, estas máquinas no solo han mejorado en rendimiento, sino que también han adquirido cierto grado de inteligencia, es decir, inteligencia artificial. Si bien la IA ha permitido que la tecnología sea altamente capaz en algunas tareas, como el reconocimiento de patrones, quedan muchas formas en que nuestros sistemas continúan fallando. Pero tener una mejor idea del estado de ánimo del usuario puede ayudar mucho a saber lo que el usuario quiere, incluso antes de saberlo por sí mismos.

Huelga decir que, si bien la nueva tecnología como esta tiene un gran potencial para mejorar nuestras vidas, también hay muchas maneras en que podría recurrir a usos negativos. Tal como lo exploré en mi libro, Corazón de la Máquina: Nuestro futuro en un mundo de Inteligencia Emocional Artificial , este campo probablemente conlleva tantos riesgos como oportunidades. Los robots y los sistemas con conciencia emocional encontrarán muchas funciones en la atención médica, la educación, la detección y terapia del autismo, la política, el cumplimiento de la ley, el ejército y más. Sin embargo, cada uno traerá desafíos también. Los problemas de privacidad, manipulación emocional y autodeterminación definitivamente entrarán en juego. A medida que estos sistemas se vuelven cada vez más precisos y omnipresentes en todo nuestro entorno, los desafíos y las apuestas aumentarán. Anticipar esto y actuar para mitigar las repercusiones negativas será nuestro mejor camino para garantizar un futuro más seguro y ético.

Referencias

Yonck, R. (2017) Corazón de la máquina: nuestro futuro en un mundo de inteligencia emocional artificial . Arcade Publishing, NY.