La pequeña solución que va hasta el final

La mayoría de nosotros sabemos instintivamente que compartir nuestro dolor o incomodidad con alguien en quien confiamos nos hace sentir mejor. Lo hacemos todo el tiempo, y cuando escuchamos a alguien decir: "No quiero hablar de eso", sabemos que realmente lo necesitan y se sentirán mejor si lo hacen. Esto funciona tan bien que lo damos por sentado, pero es mucho más poderoso y complejo de lo que creemos.

He llegado a creer que esta misma pequeña solución es también el proceso de cambio central que impulsa la psicoterapia seria. Aquí hay unos ejemplos:

  • Desorden de estrés postraumático, trastorno de estrés postraumático es lo que sucede cuando nos distanciamos de los sentimientos dolorosos de una experiencia traumática usando la disociación. Es por eso que las personas se quedan en blanco después de un desastre. Si bien pueden hacer lo que deben hacer, sus sentimientos se distancian para sobrevivir. Normalmente, el distanciamiento solo dura un poco y comienzan a procesar sus emociones. Cuando la disociación dura más tiempo, el resultado es un miedo a recordar y una vigilancia constante que son el resultado de mantener sentimientos que no se han procesado o desintoxicado. La cura es compartir el dolor y la incomodidad con otro ser humano. Al igual que en la vida ordinaria de todos los días, compartir sentimientos tiene el efecto de transformarlos y eliminar su veneno. Es importante agregar que conectarse con los sentimientos que se han disociado puede ser un proceso muy largo y difícil en sí mismo y puede ser el foco principal del tratamiento, pero al final, se enfrenta a los sentimientos que los sanan.
  • El trastorno obsesivo compulsivo, OCD es cuando los pensamientos obsesivos o rituales compulsivos se apoderan de la vida de un individuo. La investigación ha demostrado que las personas que pueden abandonar sus rituales o detener sus pensamientos compulsivos mejoran. Lo que hace que sea muy difícil para ellos hacerlo es el conocimiento de que el síntoma los protege de sentirse muy ansiosos. Enfrentar la sensación angustiante de frente, es decir, permitir voluntariamente la ansiedad en la conciencia, permite que se procese y desintoxique. Cuando esto sucede, los rituales ya no tienen el mismo control.
  • Uno de muchos otros ejemplos es trabajar con las áreas de inmadurez que a menudo nos detienen. La falta de maduración proviene de evitar las experiencias difíciles: seguir cada impulso conduce a una falta de control de los impulsos, y evitar la intimidad emocional conduce a un mayor temor a la intimidad. La cura es enfrentar los sentimientos incómodos al probar nuevos comportamientos. Avanzar y controlar un impulso o abrirse a otra persona puede ser muy incómodo, pero estos son los tipos de experiencias que nos hacen crecer.

En 1893, en relación con un caso de trauma, Freud acuñó el nombre catarsis para describir esta pequeña solución. Recientemente, la ciencia ha hecho mucho para mostrar exactamente cómo la experiencia consciente de los sentimientos temidos en un contexto de seguridad funciona para sanar el dolor emocional. Por fin podemos seguir el proceso desde las palabras pronunciadas hasta los cambios en las sinapsis.

Para más información sobre este proceso de curación, vea mi nuevo libro, Cómo sanamos y crecemos: el poder de enfrentar nuestros sentimientos.

Jeffery Smith MD