Lecciones de liderazgo (en serio) de las porristas de los Cowboys

Para ayudarme a prepararme para la temporada de la NFL, recientemente vi un episodio de Dallas Cowboys Cheerleaders. Para mi sorpresa, me enseñó tanto sobre liderazgo como cualquier conferencia de MBA a la que asistí.

Soy completamente serio. Como cualquiera que haya visto este reality show sabe, el programa gira en torno a quién hará el equipo de porristas y quién no, quién necesita mejorar y en qué necesitan trabajar. Un pequeño equipo de administración en una oficina en la instalación de entrenamiento proporciona retroalimentación en tiempo real a los candidatos, también conocidos como los aspirantes a porristas.

Entonces, ¿qué es lo que este equipo de gestión hace tan excepcionalmente bien?

Ofrecen mensajes muy difíciles de manera directa y directa, pero lo hacen de una manera que es motivadora, no desmoralizadora.

Esto es más fácil dicho que hecho. Si lo piensa detenidamente, es una de las cosas más difíciles e importantes que un gerente de cualquier nivel, ya sea un CEO o un supervisor de línea, tiene que hacer: tener la fortaleza para entregar malas noticias cara a cara, pero hágalo de una manera que realmente puede fortalecer, no devastar, al individuo en el extremo receptor.

La administración de Dallas Cowboys Cheerleaders opera en un ambiente altamente emocional. Hay mucho en juego para los candidatos: hacen que el equipo … o no … con importantes ramificaciones personales y financieras. (Por supuesto, un lugar en el equipo puede tener un valor a largo plazo en un currículum).

En este entorno de gran importancia, la gerencia no se inmuta al transmitir mensajes significativamente críticos (pueden ser sobre mecánica de baile, apariencia personal, etc.), pero siempre son precisos, no vagos, en sus críticas, y los mensajes duros son infaliblemente transmitido con empatía y sensibilidad.

Incluso cuando el mensaje general es desfavorable, contiene algún tipo de conclusión positiva, un elemento constructivo para construir como parte de la combinación de comunicaciones.

La mayoría de los líderes reconocerán que este no es un acto de equilibrio fácil. ¿Cuántos altos ejecutivos reprimen crónicamente las conversaciones difíciles y emocionales? ¿O cuántos entregan mensajes difíciles con una franqueza que deja al oyente / empleado en un choque emocional?

En resumen, este aspecto de la gestión es un baile delicado y la dirección de Dallas conoce los movimientos correctos.

Si estuviera enseñando un curso de administración de MBA, obtendría permiso para usar algunos de sus videos para ejemplos creativos e informativos de la vida real.

¿El final clave para mí? Siempre hay mucho que aprender, incluso cuando menos lo esperas.

Este artículo apareció por primera vez en Forbes.com.

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Victor es el autor de The Type B Manager: líder exitoso en un mundo tipo A (Prentice Hall Press).