El famoso Dalai Lama dijo: "Si quieres que los demás sean felices, practica la compasión". Si quieres ser feliz, practica la compasión."
Lo mismo es cierto para la generosidad.
La generosidad -la cualidad de ser amable y comprensivo, la voluntad de dar a los demás cosas que tienen valor- a menudo se define como un acto de desinterés . Sin embargo, los estudios ahora han demostrado que la generosidad puede, de manera egoísta, ser lo mejor para usted. Practicar la generosidad es un principio de salud mental que podría ser la clave para llevar una vida feliz y saludable.
Año tras año, nuevos estudios destacan los beneficios de la generosidad para nuestra salud física y mental. La generosidad no solo reduce el estrés, respalda la salud física, mejora el sentido de propósito y lucha contra la depresión, sino que también ha demostrado que aumenta la esperanza de vida.
Si una vida más larga, menos estresante y más significativa no es suficiente para inspirarte a aumentar tu práctica de generosidad, considera que la generosidad también promueve la conexión social y mejora las relaciones. Según Jason Marsh y Jill Suttie del Greater Good Science Center, "Cuando damos a los demás, no solo los hacemos sentir más cerca de nosotros ; también nos sentimos más cerca de ellos ". Esto se debe a que ser generosos y amables nos anima a percibir a los demás desde una perspectiva más positiva, así como a fomentar un sentido de comunidad y un sentimiento de interconexión.
Pero la generosidad también nos hace sentir mejor con nosotros mismos. Es un generador de confianza natural y un repelente de odio a sí mismo. Al centrarnos en lo que estamos dando , en lugar de lo que estamos recibiendo , creamos una orientación más externa hacia el mundo, alejando nuestro enfoque de nosotros mismos. Si bien mantener un nivel saludable de autoconciencia y sensibilidad hacia uno mismo es importante, con demasiada frecuencia cuando nos acercamos a nosotros mismos lo hacemos con un lente negativo. Escuchamos la "voz interior crítica" en nuestras cabezas, que examina cada uno de nuestros movimientos y nos bombardea con pensamientos negativos, hacia nosotros mismos y hacia los demás. Estos pensamientos minan nuestra confianza e incluso pueden conducir al auto sabotaje. Ser generoso nos distrae de la corriente crítica de pensamientos desagradables de la voz interna, y crea un fuerte argumento en contra de ella. Cuando vemos que otra persona se beneficia de nuestras acciones amables, por ejemplo, es difícil para la voz interior argumentar que no tenemos ningún valor.
4 pasos para practicar la generosidad
La generosidad es verdaderamente el regalo que sigue dando. Cada día de vida nos presenta cientos de oportunidades para ser generosos; al hacer un estilo de vida, podemos hacernos a nosotros mismos y a los demás un mundo de bien.
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