¿Por qué muchas personas se niegan obstinadamente a cambiar de opinión?

Por qué muchas personas no permiten que los hechos se interpongan en el camino de sus preciadas creencias.

Andy Dean Photography/Shutterstock

Fuente: Andy Dean Photography / Shutterstock

¿Por qué muchas personas defienden firmemente sus opiniones y creencias incluso ante la evidencia abrumadora de que sus ideas y puntos de vista son totalmente incorrectos? Una explicación es el fenómeno común de la disonancia cognitiva. La cognición es simplemente pensar y razonar. Es el proceso mental de adquirir conocimiento y comprensión a través del pensamiento, la razón, el análisis de la información y la experiencia. Disonancia es un término musical que significa una falta de armonía entre las notas musicales, pero también puede significar una tensión o un choque que resulta de componentes desarmónicos o contradictorios.

En psicología, la disonancia cognitiva es la molestia mental que experimenta una persona que posee simultáneamente dos o más creencias, ideas o valores contradictorios. La incomodidad es provocada por una situación en la que la creencia de una persona choca con la nueva evidencia presentada a esa persona. Para reducir la incomodidad psicológica, la persona tendrá que cambiar su mente o su comportamiento para que se resuelva la inconsistencia o la contradicción, restaurando así el equilibrio mental y la armonía emocional. Es decir, la consonancia cognitiva.

Por lo tanto, las personas reducen continuamente su disonancia cognitiva para alinear sus creencias con sus acciones, manteniendo así la consistencia psicológica y sintiendo menos estrés mental.

Este fenómeno, descrito por primera vez por Leon Festinger en 1957, ayuda a explicar por qué tanta gente defiende, disculpa, justifica y mantiene vigorosamente sus creencias sagradas, incluso cuando se enfrentan a pruebas irrefutables de que están equivocadas.

Hay varias maneras en que las personas reducen su tensión mental cuando su comportamiento y su información disponible chocan. En psicología, a esto se le llama “reducción de disonancia”. Este es un ejemplo que involucra a una persona que está tratando de perder peso y comer una dieta más saludable, pero que está comiendo galletas que han aprendido que están llenas de grasas trans, azúcar y muchas calorías. . Para reducir la disonancia, la persona puede:

1. Cambie su comportamiento o creencia para que sea congruente con la nueva información. Por ejemplo, “dejaré de comer estas galletas porque están llenas de grasa y azúcar poco saludables y no me ayudarán a perder peso”.

2. Justifique su comportamiento o creencia cambiando la cognición conflictiva. Por ejemplo, “puedo hacer trampa en mi dieta de vez en cuando”.

3. Justifique su comportamiento o su creencia agregando nuevas cogniciones. Por ejemplo, “Iré al gimnasio con más frecuencia para eliminar las galletas”.

4. Ignorar o negar información que entre en conflicto con sus creencias existentes. Por ejemplo, “Estas cookies no son realmente tan poco saludables, tienen un alto contenido de azúcar o engorde”.

Como ejemplo actualmente relevante, considere que se ha descubierto una prueba incontrovertible de que Donald Trump ha mentido, engañado, robado y cometido delitos muy graves por los que la mayoría de las personas se enfrentan a una pena de prisión significativa. Además, parece que no es apto para la oficina que ocupa y ha implementado políticas que están perjudicando a la gran mayoría de las personas que votaron por él. Sin embargo, muchas personas que votaron por Trump defienden vigorosamente su elección, a pesar de la enorme cantidad de información incriminatoria y creíble sobre él que ha salido a la luz desde el 8 de noviembre de 2016. Información que, de haber tenido conocimiento antes de esa fecha, podría haber disuadió a algunos de emitir su boleta como ellos lo hicieron.

En la práctica, aquí es cómo las personas que votaron por Trump reducen su disonancia cognitiva cuando se enfrentan a una cantidad cada vez mayor de hechos altamente perturbadores sobre él:

1. Cambie su comportamiento o creencia al integrar la información conflictiva en su visión del mundo. Por ejemplo, “ya no apoyaré a nuestro liderazgo actual, y votaré de manera diferente en la próxima elección”.

2. Justifique su comportamiento o creencia cambiando la cognición conflictiva. Por ejemplo, “el presidente está haciendo lo mejor para el país y es víctima de una caza de brujas política”.

3. Justifique su comportamiento o sus creencias agregando nuevas cogniciones. Por ejemplo, “el presidente es un hombre de negocios exitoso y debe saber lo que está haciendo; es demasiado inteligente para que la mayoría de la gente lo entienda”.

4. Ignorar o negar información que entre en conflicto con sus creencias existentes. Por ejemplo, “Todas esas cosas son solo ‘noticias falsas’ y no puedes confiar en ellas”.

La conclusión es que cuando hay un conflicto entre nuestras actitudes y nuestro comportamiento, tendemos a cambiar nuestras actitudes para que sean coherentes con nuestro comportamiento en lugar de cambiar nuestro comportamiento para hacerlo compatible con nuestras actitudes.

Idealmente, las personas serían seres racionales que ajustan constantemente sus creencias, actitudes y comportamientos para alinearlos con nueva información que es esencialmente incontrovertible. Pero ese no es el caso. De hecho, hay muchos que todavía sostienen que la tierra es plana; o solo 6,500 años de antigüedad; que las vacunas son un peligro para la salud; que la evolución es una falsedad, y el cambio climático es un engaño.

Desafortunadamente, muchas personas no están dispuestas a cambiar su visión del mundo para dar cuenta de la nueva información que contradice sus preciadas creencias. En cambio, reducen la disonancia al justificar su punto de vista en lugar de cambiar sus mentes o comportamientos. Si la ciencia funcionara como lo hace mucha gente, todavía estaríamos viviendo en cuevas y muriendo en nuestros años 30. Pero al menos la salud ecológica del planeta sería mucho mejor, incluso si los humanos no lo fueran.

Recuerde: piense bien, actúe bien, siéntase bien, ¡esté bien!

Estimado lector: Los anuncios que aparecen en esta publicación no reflejan necesariamente mis opiniones ni están respaldados por mí. – Clifford

Copyright 2018 por Clifford N. Lazarus, Ph.D. Esta publicación es sólo para fines informativos. No pretende ser un sustituto de la asistencia profesional o el tratamiento personal de salud mental por parte de un médico calificado.

Referencias

Festinger, L. (1957). Una teoría de la disonancia cognitiva. California: Stanford University Press.