Transiciones y transformaciones en tiempos difíciles

Una versión más verdadera de lo que somos.

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Fuente: pexels / pixabay

Linda : Webster define la “transición” como un pasaje o proceso de cambio de una forma a otra. Se ha dicho que vivimos en un momento de transición, de rápidos cambios, y las cosas en nuestra sociedad acelerada no muestran signos de desaceleración en el corto plazo. ¡Los investigadores nos dicen que el graduado promedio de la escuela secundaria tendrá nueve carreras diferentes en su vida! Las personas a las que les va mejor en estos tiempos difíciles son aquellas que han aprendido a superar las transiciones y sacar lo mejor de ellas.

Experimentamos transiciones a lo largo de nuestras vidas. Algunos de ellos elegimos, y algunos de ellos vienen sin ser invitados. Las transiciones ocurren cuando nos graduamos de la escuela secundaria, dejamos la universidad, nos casamos, nos convertimos en padres o cambiamos de carrera. Hacemos la transición cuando nos mudamos a una comunidad diferente o cuando nos jubilamos. Estos son algunos de los marcadores conocidos que caracterizan la maduración durante nuestra vida. Hay otras transiciones que, aunque no son tan obvias, son todavía muy reales. Ejemplos de estos son problemas de salud, cambios financieros para peor o mejor, que nuestros hijos se hayan ido del hogar o una pérdida que se produzca a través de la muerte, el divorcio o cualquier otro motivo. Algunas transiciones son más sutiles, como el cambio de identidad que se produce cuando nos recuperamos de una adicción, o nos volvemos más indulgentes o menos perfeccionistas, o cualquier otro cambio en nuestras personalidades.

Algunas personas se ven afectadas por cambios en la vida que pueden afectarlas durante semanas, meses o incluso años. Otros pueden recuperarse más rápidamente y utilizar la crisis para impulsar el crecimiento y la apertura de nuevas posibilidades. Estas personas son las que han cultivado la calidad de la capacidad de recuperación. Se recuperan más fácilmente. No podemos evitar que la vida nos golpee la cabeza cuando menos lo esperamos. Y los golpes de suerte son aleatorios e impredecibles.

Pero sí tenemos el poder de determinar cómo respondemos a lo que nos sucede. Cada ruptura en nuestra vida está llena de oportunidades para el crecimiento. La transformación implica un cambio en nuestra actitud o perspectiva que permite la experiencia de nuevas posibilidades. Cada transición brinda la oportunidad de volver a una versión más verdadera de lo que somos.

Aunque las transiciones generalmente parecen problemas al principio, la opción siempre está ahí para cultivar una actitud de curiosidad y asombro. Podemos mantener estas circunstancias como un mensaje del Decano de la Universidad de la Vida y aprovechar las enseñanzas y los regalos. No es un proceso de negar el lado oscuro del cambio, que puede incluir sentimientos de tristeza, miedo, ansiedad, pena, decepción o enojo. En cambio, tiene que ver con mantener una mente abierta, lo suficientemente espaciosa para contener tanto la oscuridad como la dorada. Para aquellos de nosotros que somos naturalmente resistentes y optimistas, esto vendrá más fácilmente. Otros pueden tener que trabajar más duro y estirarse más para responder a las transiciones como las oportunidades de crecimiento que son. Para ambos grupos, las grandes preguntas son: ¿Qué puedo aprender aquí? ¿Qué es lo que realmente quiero? ¿Cuáles son mis verdaderas necesidades? ¿Qué necesito desarrollar en mí mismo para cumplir con este desafío de manera efectiva? ¿Quiénes serán mis apoyos?

Para muchos de nosotros, cultivar una actitud de paciencia y curiosidad es nuestra ventaja creciente. Permanecer abierto en medio del caos y la confusión que a menudo acompaña al cambio puede ser un gran desafío. Solo si miramos profundamente en nuestras propias vidas podemos ver lo que se nos pedirá para hacer el viaje desde la vida que hemos conocido previamente al renacimiento en el otro lado.

Lo creas o no, este proceso no tiene que ser una prueba, pero en realidad puede ser profundamente energizante, mejorador de la vida, emocionante e incluso divertido. No tiene que preocuparse por encontrar o crear las oportunidades de aprendizaje adecuadas. Una vez que te comprometas con el proceso, aparecerán. Siempre lo hacen Siempre lo harán. Es solo que antes de comprometernos, confundimos esas preciosas oportunidades con problemas, que preferimos evitar.

Advertencia: este proceso puede crear hábito, así que prepárese para reconocer muchas oportunidades de crecimiento con su nueva perspectiva. Algunas personas lo consideran tan convincente que no tienen tiempo para realizar muchas de las actividades que solían realizar, como preocuparse, mirar televisión o guardar rencor. Tal vez algunas cosas no sean tan malas para rendirse.