¿Un cardenal de San Luis Sin?

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Fuente: slgckgc, CCL

Como la mayoría ahora sabe, los St. Louis Cardinals están bajo investigación por posiblemente piratear la base de datos de los Astros de Houston. Se ha sugerido que esto ocurrió en varias ocasiones. Cualquiera que sea el resultado de este caso particular, plantea algunas preguntas éticas interesantes.

Aquí, abordaré una de esas preguntas: ¿qué hay de malo en hackear el sistema informático de tu oponente?

  • Primero, implica romper una ley justa diseñada para proteger la privacidad. La información en este presunto caso de piratería incluyó datos relacionados con jugadores, intercambios e informes de exploración. Los Cardenales no tienen nada que hacer tratando de acceder a esta información. Al igual que cualquier otra corporación, no tienen derecho a hacer esto, y están obligados a respetar el trabajo y la privacidad de los Astros de Houston.
  • Segundo, tal comportamiento es antideportivo. Si los Cardenales son culpables y pudieron obtener una ventaja injusta con esta información, podría constituir una trampa y, como tal, violar las normas y la ética de los deportes. Sabemos que la deportividad está infravalorada desde el nivel de élite hasta los deportes juveniles. Pero no debemos rendirnos; debemos proteger la integridad de los deportes en todos los niveles. Todas las partes en el deporte deben tratar de ejemplificar la deportividad, ya sea en el campo o a través de Internet. La deportividad es una virtud que vale la pena tener, y muchas de sus lecciones se pueden adaptar a otros ámbitos de la vida.
  • Tercero, este truco, si sucedió, coloca la victoria sobre la integridad. Hay muchas razones por las que participamos y vemos el béisbol (y otros deportes). En el nivel de élite, queremos que la victoria sea para el equipo que sea capaz de mostrar excelencia y demostrar superioridad en el día. Hay ganancias baratas e inmerecidas, por supuesto, pero una cosa que hace objetable este tipo de comportamiento es que una victoria basada en ella no tiene nada que ver con la excelencia o la suerte atlética. El pirateo, si se hace para obtener algún tipo de ventaja competitiva sobre los oponentes, equivale a poner la victoria por encima del honor, la integridad y las reglas del juego. Una victoria basada en parte en este comportamiento sería inmerecida.
  • En cuarto lugar, esto muestra una falta de fe en los jugadores, el manager y los entrenadores. Como jugador, me sentiría insultado si la organización en la que jugaba pensara que era necesario hacer trampa de esta (o de cualquier otra manera) para obtener la victoria. Me gustaría que la organización confíe en las habilidades del equipo y el cuerpo técnico, en lugar de tratar de obtener una ventaja injusta de esta manera.

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