5 reglas de oro para criar niños mentalmente fuertes

Brinde a sus hijos las habilidades que necesitan para enfrentar los desafíos más difíciles de la vida.

George Rudy/Shutterstock

Fuente: George Rudy / Shutterstock

Cuando mi primer libro, 13 Things Mentally Strong People Do Not Do , llega a los estantes, los lectores me seguían haciendo la misma pregunta: “¿Cómo les enseño a mis hijos a ser mentalmente fuertes?”

Me emocionó saber que tantos adultos invirtieron en ayudar a sus hijos a desarrollar músculo mental. Como psicoterapeuta, he visto a innumerables adultos soportar años de sufrimiento porque carecían de las habilidades básicas que necesitaban para enfrentar las dificultades, los reveses, el fracaso y el rechazo. Así que estaba emocionado de escribir 13 Cosas que los padres mentales fuertes no hacen como una guía para ayudar a las personas a renunciar a los hábitos comunes de crianza que les están robando a los niños la fortaleza mental. Cuanto antes comencemos a enseñar a los niños acerca de la fortaleza mental, más equipados estarán para las realidades de la edad adulta.

Aquí hay cinco reglas de oro para criar niños mentalmente fuertes.

1. Haz que una prioridad familiar sea cuidar tu mente.

La mayoría de los padres hablan con los niños sobre la importancia de cuidar sus cuerpos. Les dicen que se laven los dientes y hablan sobre comer saludablemente y hacer ejercicio. Pero pocos padres hablan sobre la importancia de preocuparse por sus mentes . También es una prioridad crear músculo mental. Realiza ejercicios de fuerza mental en familia y habla sobre los beneficios de ser mentalmente más fuerte.

Además, deje en claro que a veces puede necesitar la ayuda de un profesional. Al igual que cuando visita a un dentista para cuidar sus dientes, es posible que necesite ver a un terapeuta que lo ayude a cuidar su mente.

2. Habla de sentimientos.

Los estudios muestran que el 60 por ciento de los estudiantes universitarios dicen que estaban académicamente preparados para la universidad, pero no estaban emocionalmente preparados. La gran mayoría de estos jóvenes adultos dicen que desearían que sus padres hubieran invertido más tiempo en enseñarles a manejar sentimientos incómodos como la decepción, la ansiedad y la soledad.

Además de “enojado” o “excitado”, la mayoría de los padres rara vez mencionan los sentimientos. En consecuencia, los niños no están aprendiendo a identificar sus sentimientos ni a adquirir las habilidades de afrontamiento que necesitan para lidiar con esos sentimientos.

Incorpore palabras sensibles en sus conversaciones diarias. Reconozca cómo se siente y ayude a sus hijos a identificar cómo se sienten. Hable sobre cómo esas emociones afectan sus decisiones y explíqueles de manera proactiva cómo manejar esas emociones de manera saludable.

3. Enséñele a su hijo a pensar de manera realista.

Cuando su hijo dice: “Nunca entenderé las matemáticas”, puede ser tentador decir: “Por supuesto que sí, cariño”. Sin embargo, ofrecer palabras tranquilizadoras sin enseñar a su hijo cómo tranquilizarse a sí mismo no es útil.

Cuando su hijo exprese dudas, autoculpa excesiva, predicciones catastróficas o pensamientos exageradamente negativos, enséñele a pensar diferente. Muéstrele cómo reconocer los pensamientos inútiles y reformularlos de una manera más realista (cambiar los pensamientos AZULES por pensamientos “verdaderos” es un ejercicio útil).

Explique que sus pensamientos no siempre son ciertos y que a veces es importante demostrar que su cerebro está equivocado. Comparte también tu opinión algunas veces y muéstrale a tu hijo que no siempre escuchas tu cerebro. Diga algo así como: “Sigo pensando que me voy a meter la pata cuando ofrezco esa presentación en el trabajo. Luego, me recuerdo que estoy preparado y que si trabajo duro, puedo hacer un buen trabajo “.

4. Modelo de rol de cómo tomar acción positiva.

Los niños necesitan saber que pueden comportarse de manera contraria a sus sentimientos. De hecho, su comportamiento puede cambiar sus sentimientos.

Si su hijo ha tenido un mal día en la escuela, puede elegir hacer algo cuando llegue a casa que la ayudará a sentirse mejor. O bien, si está molesta porque fue eliminada del equipo, puede optar por practicar más para poder mejorar.

Sea un buen modelo a seguir y demuestre a su hijo que a veces se comporta de manera contraria a sus sentimientos. Diga cosas como: “Me siento un poco cansado en este momento, pero sé que es una buena opción hacer la cena para nosotros en lugar de simplemente sentarnos aquí y mirar televisión”.

5. Participa activamente en la resolución de problemas.

Puede ser tentador intervenir y resolver los problemas de los niños para ellos. Pero necesitan oportunidades para practicar la construcción de habilidades para resolver problemas. Resista las ganas de sacar a su hijo cuando encuentre un problema. En cambio, anímalo a desarrollar su propia solución. Permita que cometa errores a veces: las consecuencias naturales pueden ser algunos de los mejores maestros de la vida.

Problemas para resolver problemas juntos también. Si su hijo está luchando con un problema de comportamiento específico o tiene problemas para llevarse bien con los niños durante el recreo, piense en al menos cinco soluciones como equipo. Luego, ayúdala a elegir una solución para probar.

Desarrolle fortaleza mental como familia

Deje en claro que todos necesitan fortaleza mental en la vida, no solo los niños. Hable sobre estrategias para fortalecerse mentalmente y convertir los errores y problemas en momentos propicios para la enseñanza. Solo asegúrate de que tus hijos no confundan ser fuertes con actuar duro: negar el dolor o negarse a mostrar emociones no es fortaleza.

La fortaleza mental implica ser tu mejor yo, y todos tenemos margen de mejora. Muestre a sus hijos que el autodesarrollo es una prioridad en su vida y también lo hará una prioridad en sus vidas.