Cómo los humanos son como cangrejos ermitaños

¿Sabías que los cangrejos ermitaños terrestres se relacionan entre ellos?

Según un estudio reciente en la Universidad de California en Berkeley, los investigadores descubrieron que los cangrejos ermitaños se congregan juntos, no para protegerse o aparearse, sino para cambiar su caparazón con la esperanza de encontrar uno más espacioso. Los cangrejos se alinean en una fila, desde el más pequeño hasta el más grande, con cada cangrejo agarrando el que está frente a él. Luego lo intentan, tratando de desarraigarse de sus hogares con el objetivo de mudarse a mejores propiedades inmobiliarias, que en términos de cangrejo ermitaño es un caparazón más grande.

No es de extrañar que los cangrejos ermitaños que quedan con los caparazones más pequeños sean los más vulnerables a los depredadores y, en consecuencia, los más desfavorecidos en esta guerra comercial.

Cuando leí por primera vez este titular, mi pensamiento inmediato fue: ¿Por qué los cangrejos ermitaños se están socializando con otros cangrejos en primer lugar? Se supone que los cangrejos ermitaños son ermitaños, ¿verdad?

Resulta que los cangrejos ermitaños terrestres o los cangrejos ermitaños de la tierra se enfrentan a la escasez de conchas de caracol, mientras que los cangrejos marinos disfrutan de una gran cantidad de ellos, por lo que los cangrejos terrestres han evolucionado de esta manera nueva e inesperada.

Este comportamiento me hace pensar en nuestra propia naturaleza humana tentativa. Muchas veces, nos convencemos de que las cosas solo pueden ser de una sola manera. Hay una definición de derecho y, a la inversa, solo una definición de error.

Pero como los cangrejos ermitaños de la tierra han demostrado, no hay un camino singular. Estamos evolucionando en todo momento. En ocasiones, lleva más tiempo ver los efectos o experimentar las repercusiones, pero de hecho estamos cambiando.

Estaba pensando en estos cangrejos ermitaños cuando escuché un clip de radio reciente, donde un experto dijo que los jóvenes no están tan preocupados por el dinero y hacerse ricos como por cambiar el mundo. Por supuesto, queremos empleos bien remunerados, pero también queremos uno que brinde significado y nos haga sentir bien acerca de lo que estamos haciendo. Si tuviéramos que elegir, muchos de nosotros elegiríamos (y lo haríamos).

Conocí y leí acerca de innumerables personas que han dejado carreras profesionales bien pagadas para poder dedicarse a algo que les apasionaba o donde sentían que podían marcar una diferencia real.

Al igual que los cangrejos ermitaños terrestres, se trata de personas que se comportan de forma diferente, mientras aprenden a adaptarse y evolucionar en su entorno actual.

Los cangrejos ermitaños terrestres nos enseñan que también nosotros podemos desafiar tradiciones, inculcaciones e incluso nuestra biología; de hecho, a veces, este desafío puede conducir a la prosperidad y al éxito.

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