Cómo aumentar la confianza en sí mismo: elige tus palabras con cuidado

Cinco formas de mejorar tu autoconversación.

 Lesly Juarez/ Unsplash

Fuente: Lesly Juarez / Unsplash

Las palabras que usamos todos los días tienen un profundo impacto: el lenguaje da forma a nuestras relaciones con las personas y las cosas.

La forma en que te hablas a ti mismo es la forma en que te amas a ti mismo: tu conversación interior da forma a tu identidad.

Construir confianza en mismo requiere más que palabras. Sin embargo, varios estudios indican que el diálogo interno puede mejorar su memoria, confianza, concentración y más.

La mejor persona con la que puedes hablar

Todos luchamos con la autoconfianza de vez en cuando. Nos olvidamos de cuidarnos a nosotros mismos porque pensamos que no valemos la pena. O tal vez (erróneamente) creemos que el amor propio es egoísta. La verdad es que, para cuidar de los demás, primero debe ponerse su máscara de oxígeno.

Hablar con uno mismo es una de las habilidades más naturales, pero menos valoradas, que tenemos. ¿Permitirías que alguien te hablara de la manera en que te hablas a ti mismo?

La calidad de su discurso interno es crítica: las palabras positivas generan beneficios positivos. Estimula la auto reflexión, aumenta la motivación y nos conecta con nuestras emociones. La investigación realizada por el profesor canadiense Alain Morin muestra que existe una alta correlación entre hablar con uno mismo con mayor frecuencia y una mayor autoconciencia y autoevaluación.

Lo más importante es que hablar con nosotros mismos puede hacernos sentir mejor acerca de nosotros mismos e infundir confianza para superar desafíos difíciles.

Hablar con uno mismo es la mejor respuesta que puedes obtener. Al mejorar tu diálogo interno, te conviertes en la mejor persona con la que puedes hablar.

Levanta tus palabras, levántate a ti mismo

El poder de las palabras proviene de las creencias que tenemos en ellas: creemos y encarnamos nuestras palabras.

Nuestro cerebro está ‘cableado’ para ser negativo. La neurociencia muestra que la mayor parte de nuestro diálogo interno es negativo. Este sesgo de negatividad hace que el cerebro reaccione de forma exagerada a las “malas palabras”. Podemos superar este sesgo al ser más conscientes de las palabras que elegimos.

Nuestras palabras afectan nuestras emociones, motivación y logros potenciales.

Según mi experiencia en la facilitación de talleres de liderazgo para el cambio, estas son las ‘palabras negativas’ más comunes (y perjudiciales).

  • “No puedo”: es la creencia de que no puedes hacer algo, incluso antes de intentarlo. No se trata solo de baja confianza en sí mismo. A veces, las personas quedan atrapadas por una mentalidad perfeccionista: confunden no ser un experto con no ser capaces de hacerlo. Los “nobles” reflejan falta de capacidad de recuperación: debemos aprender a fallar e intentar una y otra vez.
  • “Tengo que”: este enfoque convierte las actividades regulares en una carga. Nos acercamos a las tareas cotidianas con la mentalidad equivocada. Cuando no puedes hacer lo que amas, tienes que aprender a amar lo que haces. El “no quiere” aborda una relación rota con cosas simples en la vida.
  • “Debería”: esta mentalidad aborda la presión externa: las expectativas de otras personas nos hacen sentir culpables e infelices. Es el resultado de otras personas que intentan imponer su voluntad sobre la nuestra: nuestros padres, maestros, amigos, jefes, etc. Los “deberes” representan lo que otros quieren que hagamos.

5 pasos para mejorar su diálogo interno

1. Conciencia

Presta atención a cómo te hablas a ti mismo y al impacto de tus palabras. Puede pedirle a un amigo que lo llame cada vez que use palabras negativas para describir su vida o a usted mismo. Otro enfoque es reflexionar sobre las palabras que piensas cuando te sientes deprimido. Capture los que están en un cuaderno y revíselos semanalmente. ¿Qué tendencias observas? ¿Cuál es la historia?

2. Afirmaciones positivas

Las afirmaciones son frases que repetidamente te dices a ti mismo. El Sistema de activación reticular (RAS, por sus siglas en inglés) forma parte de nuestro cerebro y esas afirmaciones forman parte de nuestra identidad.

Aquí hay un par de afirmaciones para que practiques, destinadas a promover una visión favorable de la vida, no para convencerte de que todo es perfecto:

  • “Sé quién soy y soy suficiente”.
  • “Está bien estar roto. Y está bien dejar que las partes rotas se curen “.
  • “Elijo estar presente y ser consciente en este momento”.
  • “Tengo el control de la forma en que respondo al comportamiento de los demás”.
  • “Estoy agradecido por la vida que tengo”.

3. Reemplazar palabras

La forma más fácil de borrar ciertas palabras de su diálogo interno es reemplazarlos con otros.

Avanzando en la práctica reemplazando:

  • “No puedo” con “Lo haré”.
  • “Tengo que” con “Quiero”.
  • “Debería” con “Elijo” (esto abre la puerta para decir “no” a las expectativas externas).

Intente este ejercicio con un amigo o colega. Haga una lista de todas las cosas que ‘tiene que hacer’, una a la vez, y deje que la persona la vuelva a enmarcar reemplazando “tiene que” por “querer”.

Por ejemplo, usted dice: “Tengo que lavar la ropa”; la otra persona responde: “Usted quiere lavar la ropa”. Siga haciendo esto con cada actividad en su lista. ¡Escuchar la voz de otras personas al reformular tus palabras es una experiencia poderosa!

4. Pausa, reflexiona y habla

A medida que te vuelvas más consciente de las palabras que usas, practica la reflexión.

Pausa durante un par de segundos. Evalúa tus pensamientos.

¿Es eso hiriente o útil?

Reflexiona sobre las palabras que estabas usando. Si te lastiman, regresa y ve cómo puedes ‘borrar y reemplazar’ esas palabras.

5. Aumentar el diálogo interno positivo

Construir un hábito lleva tiempo, usted quiere convertir el proceso en algo natural. Lo mismo sucede con el diálogo interno. Verás mejoras desde el principio. Pero, una vez que se vuelve intuitivo, experimentará el efecto transformador.

Como Glen Bassett declaró: “Si sigues haciendo lo que siempre has hecho, seguirás siendo la misma persona que siempre has sido”.

Recuerda: las palabras son poderosas pero no esperes milagros. Los nuevos hábitos se forman cuando se aprenden y aplican nuevas estrategias. El cambio lleva tiempo y práctica. Debe desarrollar la conciencia antes de poder implementar un diálogo interno positivo en sus rutinas diarias.

Las palabras que te dices a ti mismo pueden ser compasivas o crueles. Trátate amablemente.

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