Convertir el fracaso en combustible para el éxito

Las últimas investigaciones muestran que se necesita la picadura del fracaso para cambiar las cosas.

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Un nuevo estudio publicado en la revista Psychology of Sport and Exercise examinó lo que nos sucede después de que fracasamos. Los investigadores descubrieron que experimentar contratiempos perjudica su autoestima, pero no tiene ningún efecto en el rendimiento real.

Estos hallazgos se oponen a la opinión generalizada de que el fracaso engendra más fracaso. No es necesariamente el caso de que la falla en el momento 1 lleve a la falla en el momento 2. De hecho, podría ser lo contrario: podría ser lo que necesitas para impulsarte hacia un éxito posterior (y duradero).

Sin embargo, depende de cómo maneje su respuesta emocional a los contratiempos personales.

Convertir el fallo en combustible

El fallar apesta. La pésima sensación que tienes después de fallar es inevitable. Pero es esta experiencia de emoción negativa la que impulsa el rendimiento mejorado la próxima vez. Se relaciona con una visión de larga data en psicología llamada teoría del control cibernético.

Esta teoría argumenta que nuestro comportamiento está regulado por ciclos de retroalimentación, como un termostato: con el aumento del calor de la falla, el gobernador interno de su cerebro actúa para enfriar sus emociones y ayudarlo a ser mejor en lo que sea que esté haciendo.

Experimentar emociones negativas después de fallar es una parte importante del proceso. Pero lo bueno es que no toda la angustia y la ansiedad van a trabajar a tu favor. Es esencial que evites la debilitadora negatividad y te concentres en las emociones que ayudan a convertir el fracaso en combustible.

Echemos un vistazo a la investigación.

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El experimento y sus conclusiones.

Los investigadores reunieron a 42 participantes para participar en una tarea de golf. Se dividieron en dos grupos y se les pidió que completaran 24 putts. Es importante tener en cuenta que los participantes no pudieron ver dónde terminó la pelota. Esto fue intencional para que los investigadores pudieran manipular el tipo de retroalimentación y enfocarse en el fracaso percibido de los individuos .

En una condición, los participantes recibieron comentarios positivos sobre su desempeño en el golf cada seis putts. En la otra condición, se les dio retroalimentación negativa.

Para ver el efecto que la falla percibida tuvo en la autoestima de los participantes, los investigadores administraron un autoinforme cada seis putts. Se midió preguntándoles: “¿Hasta qué punto crees que puedes lograr tu objetivo?”

Los investigadores también estaban interesados ​​en el efecto que tuvo el fracaso en las emociones de los participantes y la función ejecutiva cognitiva. Se administró una escala de sentimientos para medir la emoción, mientras que la función cognitiva se midió utilizando dos tareas informáticas separadas. En una tarea, se pidió a los participantes que identificaran el nombre del color impreso en el mismo color de la tinta (por ejemplo, RED impreso en tinta roja) o diferente color de la tinta (por ejemplo, AZUL impreso en tinta roja). La otra, una tarea matemática, implicaba agregar un valor entero a un número bajo una restricción de tiempo.

Los resultados del estudio revelaron que el fracaso tuvo un impacto negativo en el estado emocional y la autoestima de las personas. (Recuerde: fallar apesta). Sin embargo, también encontraron que el desempeño de los participantes en las tareas físicas y cognitivas posteriores no se vio afectado por el fracaso. De hecho, los participantes que enfrentaron el fracaso en realidad respondieron más rápido a una de las tareas cognitivas sin comprometer su puntaje. En otras palabras, ambos fueron rápidos y precisos.

En general, los hallazgos prestan apoyo a la visión más optimista de que el fracaso es una condición necesaria para el éxito futuro.

Pero se necesita mucho más trabajo. Las investigaciones futuras harán preguntas como: ¿Qué pasos psicológicos deben tomarse después de una falla para poder mejorar la próxima vez? ¿Quiénes son las personas que no pueden salir de un ciclo de fracaso? ¿Por qué no pueden? ¿En qué se diferencian de los demás en términos de resiliencia, agallas y perseverancia?

¿Has fallado? Prueba estos cuatro pasos.

Mientras tanto, sabemos que se pueden tomar ciertos pasos para que se encuentre en el lado ganador de la ecuación de falla. Recuerda estos.

  • Paso 1: Reconocer y admitir el fracaso. Con los mecanismos de defensa, a veces puedes engañarte a ti mismo haciéndote pensar que el fracaso no se produjo realmente. Pero el cerebro inconsciente es más inteligente que tu cognición consciente. Sabe cuándo te equivocaste. Así que no tiene sentido esconderlo. Asegúrese de asumir la responsabilidad personal en lugar de culpar a la situación.
  • Paso 2: Apaga el pensamiento. En este punto, no quieres racionalizar el fracaso. Hacerlo evitará que aprendas de ello. Así que evite el pensamiento de estilo “debería”, “podría”, y empiece a abrazar las emociones … que conducen al siguiente paso.
  • Paso 3: Enciende los sentimientos. Comprometerse con la experiencia emocional de forma adaptativa, con autocompasión. Vea sus emociones tomando una postura sin prejuicios. Etiquetarlos. Dales nombres, pero no los veas como inherentemente malos o buenos.
  • Paso 4: Esté listo para la acción. El propósito de las emociones, todas nuestras emociones, es prepararte para la acción. El problema es que algunas emociones negativas realmente promueven la inacción. Para superar el fracaso, se deben tomar medidas. Las cosas deben hacerse. Si encuentra que su efecto negativo se caracteriza por una baja energía (fatigada, cansada, deprimida), conviértalos en fuentes de un efecto negativo de alta energía (enojado, desafiante, enfurecido).

¿Sintiendo la picadura del fracaso? Lo superaremos con un poco de ayuda de la ciencia.

Referencias

Lebeau, JC, Gatten, H., Perry, I., Wang, Y., Sung, S., y Tenenbaum, G., (2018). ¿Falla la clave del éxito? Un experimento aleatorio que investiga los efectos del logro de objetivos en las cogniciones, las emociones y el desempeño posterior. Psicología del deporte y el ejercicio, 38, 1-9.