El asombroso poder de la espiral ascendente

Deja de dejar que estos ocho vicios te bloqueen en una espiral descendente.

Stockbakery/Shutterstock

Fuente: Stockbakery / Shutterstock

Desde la antigüedad, las espirales han representado el viaje de la vida. En la naturaleza, son emblemáticos del progreso y posible crecimiento. Son parte de nuestra propia esencia, desde las huellas dactilares hasta la galaxia en la que vivimos.

La referencia predeterminada legendaria a espirales en psicología siempre ha sido la espiral descendente . Estamos advertidos de que si hacemos un movimiento en falso, terminamos. Que una vez que estamos en el camino equivocado, no podemos darle la vuelta.

Afortunadamente, la investigación positiva de la psicología está desafiando estas creencias dañinas y de larga data. La teoría de amplitud y construcción de las emociones positivas de Barbara Frederickson de la Universidad de Michigan sugiere que, si bien las emociones negativas reducen los repertorios de pensamiento-acción que desencadenan comportamientos de lucha o huida, las emociones positivas ayudan a ampliarlas. En otras palabras, cuando nos enfocamos en lo que funciona bien, ampliamos nuestra atención y cognición. Resulta que somos capaces de iniciar espirales ascendentes.

Las espirales ascendentes nos ayudan a generar el ímpetu necesario frente a la trayectoria no lineal de la vida. Nos llevan a un nivel completamente nuevo de pensamiento y comportamientos productivos. Nos ayudan a redirigir nuestras energías, para que podamos capitalizar nuestras fortalezas y aprovechar nuestros recursos. Nos impiden caer en el modo de espiral descendente, el que a menudo nos enseñan a esperar cuando las tormentas de la vida nos sacuden.

Evitar estos ocho tipos de pensamiento descendente en espiral puede ayudarte a desbloquear el increíble poder de tu espiral ascendente.

1. El llamador 911 preventivo.

Algo sucede, y lo ves como una emergencia total. Cuando su amígdala está en plena vigencia, es probable que solo pueda ver el rojo y escuchar el sonido de las campanas de alarma. Te vuelves hacia un lugar donde ves la realidad como si fuera una crisis completa. Se abre el pánico y todo se escapa desproporcionadamente.

2. El saboteador.

Se produce una dificultad, y automáticamente se auto sabotea, se toma todo personalmente y se culpa por la ocurrencia de eventos, incluso aquellos sobre los que no tiene control. Tus pensamientos interfieren con el razonamiento, y en cambio te golpeas incesantemente, disminuyendo tu sentido de valor y valor.

3. El pensador de tonos cero de gris.

Al observar una situación, solo ve extremos o absolutos. Usted define las cosas en términos de blanco y negro, todo o nada. Su punto de vista es que algo es de una u otra forma, y ​​es difícil ver la posibilidad de que también sea una situación de ambos.

4. La etiquetadora.

Miras el comportamiento y lo etiquetas en términos negativos. Aunque es difícil de tratar, usted cree que es un rasgo definitorio universal frente a un comportamiento o situación que necesita modificación. Esta trampa puede conducir al autoetiquetado, así como a juzgar a otras personas.

5. El visionario del túnel.

Al evaluar lo que tiene a mano, solo hace un acercamiento a los detalles negativos, ignorando cualquier cosa que sea positiva y que valga la pena apreciar. Cuando algo sale mal, tiene problemas para identificar las cosas que también han ido bien. La visión de túnel en espiral descendente se enfoca en déficits y lesiones en lugar de lecciones y fortalezas.

6. El cepillador ancho.

Pinta una imagen muy amplia, hace conexiones sueltas entre instancias pasadas o presentes, y crea generalizaciones excesivas para describir lo que está a mano. Utiliza frases como “Yo nunca”, “Esto siempre” y “Todos” para hacer grandes afirmaciones de lo que está sucediendo.

7. El superhéroe

Tu capa siempre está encendida, trabajando duro para nunca defraudar a nadie. Te enorgulleces de hacer todo y ser todo, cueste lo que cueste. Debes “deberías” y “debes” llegar hasta el enésimo grado, pero cuando algo sale mal, te derrumbas y tu autoestima cae en picado. Cuando no puedes salvar el mundo, experimentas una desilusión extrema.

8. El impostor.

Debido a que constantemente participas en la comparación social, magnificas los aspectos positivos que ves en todos los demás, pero minimizas tus propias fortalezas y talentos. Crees que te descubrirán y que realmente no perteneces al nivel en el que te encuentras. Te preocupa que la gente pronto vea a través de tu fachada y recupere la confianza que le han depositado.

La vida, por su propia naturaleza, nos sopla en muchas direcciones. Nuestro pensamiento puede desorientarse como resultado, y tenemos que cambiar las direcciones. A lo que prestamos atención crece, amplíemos y construyamos. Haz el espacio para lanzar espirales ascendentes. No significa que tenemos que endulzar o simplificar demasiado el dolor, o que no tenemos cosas en las que debemos trabajar. Significa que hacemos un esfuerzo activo para enfrentar y abordar lo que es difícil, mientras gastamos energía centrándonos en lo positivo también. No tienes que aceptar una espiral descendente como inevitable. Evite estos vicios de pensamiento y haga que el increíble poder de la espiral ascendente sea el predeterminado.

Referencias

Frederickson, B., y Joiner, T. (2002). Las emociones positivas desencadenan espirales ascendentes hacia el bienestar emocional. Psychological Science, 13 (2): 172-175.