El baile sucio de caminar lento

¿Quién está engañando a quién aquí? Las redes se iluminaron la semana pasada con una obsecuencia casi obscena hacia la última investigación-como-prensa-lanzamiento: Cuatro estudios presentados en la reciente Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer vincularon la capacidad para caminar con la memoria y el deterioro cognitivo. Observar y medir los cambios de la marcha parece ser un indicador valioso de la necesidad de una evaluación cognitiva adicional.

Si bien la publicidad es agradable, ¿esto es realmente noticia? No hace falta mucha imaginación para apreciar que un andar lento observado no tiene que ser un presagio de la necesidad de una guardería para adultos; tal vez alguien tiene un dedo del pie dolorido ese día.

De hecho, la velocidad de caminar habitual es un excelente predictor de hospitalización futura, discapacidad por todas las causas y muerte. Las velocidades de marcha más lentas están relacionadas con habilidades funcionales y una variedad de condiciones crónicas. Pocos estudios han examinado la relación entre la velocidad de caminar y las condiciones discapacitantes a lo largo del tiempo.

Dicho esto, es importante apreciar la marcha como una herramienta valiosa en la gestión de todo el paciente, y no solo su estado neuropsicológico.

Un estudio publicado en la edición de este mes de Arthritis Care and Research encontró que caminar más lento se asocia con una mayor incidencia de osteoartritis de la rodilla. Este hallazgo no es consistente con la hipótesis de que los efectos mecánicos de caminar más rápido pueden contribuir al desarrollo de la artritis de rodilla o cadera. El hallazgo también pone en entredicho la teoría de que una velocidad de marcha más lenta y "caminar con atención plena" reducen la fuerza sobre las articulaciones y, por lo tanto, el dolor articular.

Desafortunadamente, este estudio no se enfocó en los tobillos y los pies, obviamente contribuyentes importantes a la forma en que uno camina.

Aún así, los resultados demostraron que las personas con osteoartritis pueden exhibir una velocidad de marcha más lenta mucho antes de que la artritis sea evidente clínicamente o en un examen de rayos X. Esto, a su vez, puede permitir la intervención temprana, tal vez con el tiempo evite el uso de medidas más invasivas para tratar la artritis crónica, como el reemplazo de articulaciones.

Muchos pacientes finalmente rechazan la cirugía de reemplazo de rodilla, y si hay otros tratamientos más aceptables disponibles antes para los pacientes, entonces se habrá hecho mucho bien.

El trabajo previo en la literatura geriátrica nos dice que las diferencias entre los individuos en incrementos de velocidad para caminar tan pequeños como 0,10 metros por segundo son clínicamente significativos para la supervivencia y la movilidad funcional. Un estudio encontró que cada diferencia positiva en la velocidad de marcha al ingreso hospitalario de 0,10 metros por segundo entre individuos se asoció con una mejoría funcional física.

Ahora sigamos adelante.