¿Es el mal cuidado de sí mismo contagioso?

Un artículo reciente de The New York Times Magazine de Clive Thompson cuestiona cómo somos influenciados por nuestros amigos y familiares cuando se trata de cuidar nuestra propia salud.

Este fascinante ensayo, que examina la investigación de Nicholas Christakis y James Fowler, sugiere que el comportamiento no saludable está influenciado por el fenómeno del contagio social, que "grupos de amigos parecen 'infectarse' entre sí con la obesidad, la infelicidad y el tabaquismo".

De Verdad?

Thompson continúa diciendo que los principales investigadores de la teoría del contagio social creen que la buena salud es el resultado de "su cercanía con otras personas sanas".

De Verdad?

Mi respuesta inicial fue: ¡Genial! -quizá si encuentro más amigos que tengan el tamaño 4 ¡entonces también puedo serlo! Estaba por colocar mi anuncio de Craigslist para nuevos amigos, pero luego pensé más sobre eso …

El concepto de contagio social sugiere que las personas con las que estamos conectados (incluso a distancia) tienen el poder de influir en nuestro comportamiento. Por ejemplo, Christakis y Fowler descubrieron que la obesidad aumentó alrededor del 10% para aquellos que tenían amigos de amigos que también aumentaron de peso. La idea es que los comportamientos de salud, tanto buenos como malos, puedan ser "atrapados", casi como un resfriado.

Aunque los hallazgos de la investigación sobre el contagio social tienen mérito, los amigos mutuos tienen comportamientos alarmantemente similares, lo que me inquieta acerca de las implicaciones de esta teoría es la munición potencial para culpar a otros de nuestros propios comportamientos.

La externalización de la responsabilidad prevalece en la sociedad contemporánea y acompaña el aumento del narcisismo que vemos en las generaciones más jóvenes y en la cultura en general. Aunque el derecho y la sensación de sentirse demasiado especial son características primordiales en el narcisismo, no asumir la responsabilidad de la propia conducta también forma parte de la personalidad egocéntrica.

Uno de los aspectos más difíciles y dolorosos del cuidado personal (y ser un adulto) es darse cuenta de que nadie puede hacerlo por usted. Y el trabajo requerido para mantenernos saludables, especialmente a medida que envejecemos, es significativo. Quienes se ven atrapados en la trampa de la falta de autocuidado a menudo se resienten del esfuerzo que se requiere para mantenerse saludables. El remedio para este dilema es darse cuenta de que mientras otros pueden ser de apoyo (o no), somos, todos y cada uno de nosotros, finalmente solos con nuestras decisiones sobre nuestros cuerpos.

Entonces, si bien es cierto que tendemos a reflejar aquellos con los que estamos asociados, debemos tener cuidado de dar a los demás demasiado poder, ya que disminuye el nuestro. La teoría del contagio social podría ser una manera fácil para que las personas digan: "No soy yo quien está causando mis problemas". Esta idea, aunque tranquilizadora, probablemente haga poco para capacitar a las personas para cambiar las conductas de salud.