Hoy, sigamos el ejemplo de Colin Powell

No estoy prendiendo nuestro televisor hoy. Llámalo imposible, poco práctico, incluso idiota. Llámalo como quieras llamarlo, pero lo llamo un medio rápido. Para mí, esta abstinencia es una forma de oración. Me da el espacio para procesar lo que este aniversario significa para mí. También me da el espacio para honrar a aquellos que han perdido sus vidas, a aquellos que han perdido a su familia, a aquellos que están luchando, sufriendo, sufriendo, sanando y trabajando por la paz. Sé que no necesito que mi mente y mi sistema nervioso autónomo se activen con otra repetición de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en los EE. UU., Ni necesito las voces de los extremistas religiosos en nuestro propio país, que tienen he estado vomitando odio y miedo, retumbando en mi cabeza. Y en este momento tampoco estoy interesado en la perspectiva de cada comentarista sobre los problemas. Me he vuelto cada vez más selectivo sobre dónde obtengo información.

Colin Powell es alguien a quien he seguido admirando. Estuvo en The View el jueves pasado (http://abc.go.com/watch/the-view/SH559080/VD5583375/the-view-99) e intenté sintonizarlo. El general Powell expresó su opinión sobre los medios de comunicación, y sobre noticias recientes y eventos mundiales, y al hacerlo nos recordó que los terroristas no solo atacan edificios; también atacan la psique de cada persona impactada. Su objetivo no es solo matar personas sino también aterrorizarlas, paralizarlas de miedo.

Los sobrevivientes de abuso sexual en la infancia tienen experiencia personal temprana con esta dinámica, y debido a que el terror se planta profundamente en el alma de estos niños cuando se vuelven adultos, puede ser difícil incluso entretener pensamientos de curación o imaginar cómo se logra ese proceso. Uno de los aspectos de la curación que me recordó la entrevista del general Powell es la disciplina, el tipo de disciplina que las madres embarazadas se comprometen ya que, semana tras semana, se preparan para un parto natural; el tipo de disciplina que los triatletas se comprometen durante meses, a veces años, antes del evento; el tipo de disciplina diaria del alcohólico en recuperación sobrio o el graduado universitario magna cum laude.

Dése el espacio para discernir cuáles podrían ser sus objetivos para la curación. Este es el comienzo de la disciplina. Una vez que haya podido expresar claramente cuáles son sus objetivos, busque recursos que lo inspiren, que los ayude a sentirse seguros y que los apoyen: amigos, un terapeuta, profesores, lugares, libros, blogs, música, etc. Al igual que con cualquier elección, esto significa que tendrá que hacer sacrificios, pero lo importante es ponerse en un camino en el que no esté sacrificando su propia seguridad física o emocional.

Ayer, mientras esperaba que me subieran dos llantas nuevas a mi automóvil en mi tienda local de Goodyear, vi a Oprah entrevistar a Will Smith y su familia en su programa y contó una historia deliciosa sobre su abuela. Él dijo que mientras crecía ella siempre estaba sonriendo, y un día él le preguntó por qué. Ella le dijo que era porque sabía por qué estaba allí. Él le preguntó por qué estaba allí y ella dijo que estaba allí para hacer que todo lo que tocara fuera mejor. ¡Qué hermoso pensamiento!

Hoy, 11 de septiembre de 2010, podemos decidir comprometernos con la disciplina de sanarnos a nosotros mismos y al mundo a través de la decisión de hacer que todo lo toquemos mejor, empezando por nosotros mismos.