La única inversión humana en el sueño REM

Hemos reducido gradualmente NREM mientras conservamos REM.

La evidencia reciente sugiere que los seres humanos han invertido de forma única en el sueño REM en comparación con otros primates. Nunn y Samson (Nunn, C y Samson, D. (2018) Sleep en un contexto comparativo: investigando cómo el sueño humano difiere del sueño en otros primates. Am J Phys Anthropol. 2018; 166: 601–612) analizaron un gran conjunto de datos compuesto por de una serie de características de sueño, ecológicas, fisiológicas y de historia de vida de unas 30 especies diferentes de primates, incluidos los humanos. Usando métodos filogenéticos que incluyen dos métodos bayesianos diferentes: predicción filogenética basada en mínimos cuadrados filogenéticos generalizados y un modelo evolutivo multiestado de Onrstein-Uhlenbeck (OU) de deriva aleatoria y selección estabilizadora, los autores pudieron identificar qué tipo de características de sueño tiene un primate como nosotros Debe evidenciarse dadas las características fisiológicas, ecológicas y de historia de vida que poseemos. Resulta que los humanos duermen menos de lo previsto para un primate de nuestra masa corporal, riesgo de depredación, tamaño del cerebro, necesidades de alimentación, selección sexual y dieta. Se predijo que los humanos gastarían el 13,8% de sus TST en REM. El valor observado fue del 22,3%. Los seres humanos empaquetan una proporción inesperadamente más alta de sueño REM dentro de una duración general de sueño más corta en comparación con otros primates, y lo hacen reduciendo el sueño NREM (en lugar de aumentar el REM). Aparentemente, es más fácil eliminar los procesos fisiológicos a lo largo del camino evolutivo que adquirirlos. En algún momento de nuestra divergencia evolutiva de nuestros primos primates, optamos por reducir la cantidad total de tiempo que pasamos en el sueño y particularmente en el sueño NREM. Y a la inversa, optamos por conservar y en realidad aumentar en un pequeño incremento la cantidad de tiempo que gastamos en REM. En resumen, nos hemos apoyado en gran medida en el sueño REM en nuestra salida de las formas tradicionales de primates. La pregunta obvia es, entonces, ¿hasta qué punto es REM el responsable del estatus de valor atípico humano en lo que respecta a la inteligencia o los logros cognitivos y culturales? Los propios autores sugieren que la reducción evolutiva en NREM y la inversión REM produjo nuevas oportunidades para aprender, crear objetos materiales y socializar. En mi opinión, es razonable suponer que esta nueva oportunidad evolutiva para el aprendizaje cultural, proporcionada por la reducción NREM y la mejora REM, ayudó a alimentar los extraordinarios avances que los humanos hicieron en los logros culturales. El sueño REM es crucial para el proyecto humano.