¿Podría estar en riesgo de adicción instantánea?

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Fuente: Stefano Tinti / Shutterstock

¿Es posible que alguien se vuelva adicto instantáneamente a una droga?

La mayoría de la gente podría decir que no. Primero, las personas deben probar un medicamento y darse cuenta de que les gusta. Entonces podrían comenzar a usar el medicamento con más frecuencia. Finalmente, una vez que han usado suficiente la droga, su cerebro comienza a perder la capacidad de funcionar sin ella. Pasan toda la noche soñando con su próxima solución. Echan de menos el trabajo, los cumpleaños y las citas. No hay consecuencias que parecen superar el aumento. Esto es adicción.

Pero, ¿qué pasa si las personas se saltan algunos pasos? ¿Qué pasa si prueban el medicamento una vez y saben de inmediato que están enganchados, y que la necesidad de usar una y otra vez probablemente nunca desaparecerá?

Los adictos instantáneos o "nacidos" son personas que afirman haber sido enganchados a un medicamento después de usarlo por primera vez. Para estos "adictos instantáneos", la primera exposición a un medicamento se define como una experiencia transformadora. David Carr, el difunto escritor del New York Times , y un adicto a las drogas en recuperación, describió la primera vez que probó la cocaína como un "momento Helen Keller bajo el agua". Las personas que sufren de una adicción instantánea a menudo describen la droga como llenar un agujero dentro de su mente que no sabían que estaba allí.

Como resultado, la metáfora del "agujero dentro de su mente" es sorprendentemente precisa.

Muy pocos receptores de dopamina

La investigación ha demostrado que las personas que desarrollan adicciones a las drogas a menudo pierden algo clave dentro de su cerebro. En comparación con la población general, los drogadictos tienen muchos menos receptores D2, una clase de receptores de dopamina responsables de recibir mensajes en el cerebro asociados con la recompensa, el placer y la motivación. Sin un número suficiente de estos receptores, una persona no puede experimentar la cantidad adecuada de disfrute en las actividades cotidianas. Cuando una persona usa drogas, esto causa que el cerebro libere una cantidad tremenda de dopamina, mucho mayor que cualquier cantidad que se produzca naturalmente. La afluencia de dopamina podría compensar la falta de receptores, haciendo que el usuario finalmente se sienta "normal" o "mejor".

Desde el punto de vista neurobiológico y fisiológico, el circuito de placer y recompensa del cerebro ha sido secuestrado.

Una investigación considerable ha alimentado la teoría de que las personas que se vuelven adictas a las drogas o al alcohol lo hacen debido a este desequilibrio químico. Los científicos encontraron que los usuarios no drogadictos con bajos niveles de receptores D2 eran más propensos a describir la experiencia de tomar Ritalin, un medicamento que alimenta el sistema de dopamina, como agradable. Por el contrario, observaron que los usuarios no drogadictos con altos niveles de receptores D2 descubrieron que tomar Ritalin era incómodo o incluso atemorizante. Cuando los investigadores agregaron artificialmente los receptores D2 a las ratas, descubrieron que las ratas se autoadministraban considerablemente menos alcohol que antes. Parece que tener muy pocos receptores D2 abre el cerebro al abuso de drogas, mientras que tener demasiados receptores D2 sirve como un tipo de mecanismo de protección.

Factores genéticos y ambientales

¿Cómo termina la gente con un número reducido o mayor de receptores D2? Los científicos teorizan que tanto la genética como los factores ambientales son los culpables. El componente genético no es sorprendente: después de todo, es bien sabido que las tasas de adicción, al igual que la diabetes y el cáncer, aumentan con la vulnerabilidad genética. ¿Cómo podría afectar el medioambiente la producción de proteínas?

Aunque las personas hablan de que el cerebro está "cableado", las conexiones neuronales y los niveles de proteína son altamente maleables. Incluso los mecanismos genéticos pueden cambiar; por ejemplo, las experiencias y el entorno de una persona pueden determinar qué genes se expresarán o cuáles se silenciarán. Estos genes pueden regular positivamente (aumentar) o regular negativamente (disminuir) la cantidad de receptores, dependiendo de las experiencias o el entorno de una persona. De hecho, las personas que comienzan a usar drogas comienzan a perder los receptores D2 después del uso sostenido de drogas. Esta baja regulación de los receptores D2 podría ser la razón por la cual algunas personas desarrollan gradualmente la adicción: cuantas más personas usan drogas, menos receptores D2 tienen y más "necesitan" medicamentos para sentirse normales. Otros, que naturalmente tienen menos receptores D2, parecen ser más propensos a la adicción, en otras palabras, son "adictos instantáneos".

Los científicos aún deben determinar con precisión cómo los factores genéticos y ambientales afectan las poblaciones de receptores D2. Una mayor comprensión de los significantes de la adicción biológica permitirá a los médicos realizar pruebas de detección y medidas de intervención temprana.

Entonces, ¿pueden las personas convertirse en adictos instantáneos? La respuesta es sí, a veces. La drogadicción es una enfermedad cerebral a la que algunas personas son más susceptibles, y otras menos. Los estudios científicos continúan ampliando nuestra comprensión del cerebro, pero la investigación futura de la neurociencia desbloqueará las claves para tratar, y tal vez incluso curar, el cerebro adicto.

Contribuido por Courtney Lopresti, MS