Sensibilidades inimaginadas: conclusión de la serie

Se han desarrollado un par de términos para categorizar los tipos de experiencias extraordinarias presentadas en el último post: telesomático ('tele' como en distancia, 'somático' como en el cuerpo) y clarisensación (como en 'clarividente' pero con énfasis en literalmente sintiendo el dolor de otro). (Dossey, página 253; Schulz, p.75)

Todos podemos apreciar, de manera más prosaica, cómo se pueden registrar tales dinámicas. Comience con el hecho de que, cuanto más vívidamente se siente una experiencia, más clara es la memoria. Piensa dónde estabas en el momento de la explosión del transbordador espacial Challenger … los ataques del 11 de septiembre … o (mucho más felizmente) cuando propusiste o aceptaste una oferta de matrimonio de tu amada. Probablemente recuerde una plétora de detalles que no recordaría si los eventos no fueran tan sorprendentes, emocionantes o significativos.

Tales recuerdos no son meramente cognitivos; su fuerza se debe a ser simultáneamente visceral. Esto, propongo, es la clave, tanto para los sueños prodrómicos como para las percepciones telesomáticas. Cuanto más significativa es la experiencia física y emocional, más probable es que se la 'telegrafíe' a uno mismo y a los demás. En el caso de una verdadera emergencia, cuando la vida de uno está en peligro (o se percibe que está en la línea), la naturaleza de la angustia puede subvertir los límites normales de tiempo y espacio.

El concepto general es delineado por Michael Shallis, el investigador británico que cité anteriormente:

"Los cuerpos no se detienen en la piel sino que se extienden hacia afuera en el espacio que los rodea. Los sentidos humanos alcanzan el mundo, algunos más que otros, pero incluso aparte de los cinco sentidos, el hombre se extiende hacia afuera … Cuando me siento feliz y expansivo, me extiendo de alguna manera, me siento más grande. Cuando me siento inseguro, me encojo tanto psicológicamente como en el espacio que me rodea … Si las personas se extienden en el espacio, ¿por qué no también en el tiempo? … Cuando las vidas se vuelven repentinamente involucradas en un drama extremo y tensión emocional, los seres extendidos pueden alcanzar dramáticamente espacio y tiempo, y por lo tanto ser 'detectados' por personas suficientemente conscientes de su propia sensibilidad a estas cosas. "(Shallis, pp. 174-5)

Esta serie de blogs ahora ha cerrado el círculo en el que comenzamos: al apearse del fenómeno de la muerte. Si bien la muerte no es bienvenida por ningún animal, es una parte natural e ineludible de la vida. En su cara, parece representar el final de la sensibilidad, ya que un animal muerto es manifiestamente no sensible. Sin embargo, la muerte (y su pariente cercano, el trauma) pueden desencadenar formas de sensibilidad inimaginables tanto en los seres humanos como en otras criaturas perceptivas y sensibles. La evidencia, seriamente investigada, ofrece un camino fascinante a nuevos y emocionantes conocimientos.