9 maneras de mejorar la estética y la belleza en nuestra vida diaria

La actividad estética cotidiana es una rica fuente de felicidad.

Nuestras rutinas diarias (limpiar, vivir, socializar, ir a trabajar, hacer mandados o simplemente sentarse en silencio) normalmente no se aprecian, porque carecen de los elementos sorpresa o la novedad de los eventos especiales. Pero son inmensamente importantes para nuestra felicidad. Los siguientes describen varias estrategias para enriquecer nuestra experiencia estética al tratar con las rutinas diarias (Yuriko, 2017). A través de la práctica repetida, podemos cultivar una sensibilidad estética con respecto a los objetos y actividades cotidianas.

1. Interrumpa su rutina. Fiestas, vacaciones y viajes de negocios son ocasiones excepcionales. Se consideran alternativas positivas a las rutinas cotidianas. Por ejemplo, podemos invitar a algunos amigos a unirse a nosotros, encender la música y abrir una botella de vino. Pero si nos involucramos en estas actividades todo el tiempo y de la misma manera, podrían convertirse en una rutina. La novedad desaparece bastante rápido.

2. Mantener las cosas frescas. Podemos familiarizarnos con las cosas que nos son normales cuando empezamos a verlas de una manera diferente. Esto requiere prestar atención a sus aspectos emocionales y sensoriales, como la apariencia, el tacto, el tacto, el sonido y otras cualidades perceptibles. Esta actitud puede convertir lo cotidiano y cotidiano en un tesoro estético.

3. Creando ambiente. La belleza es generada por una situación. Nuestra experiencia ordinaria rara vez se obtiene a través de una única fuente sensorial. Por ejemplo, el sabor es inseparable del olor y la textura. Nuestro aprecio por la comida es inseparable de todo el ambiente orquestado por una serie de otros ingredientes: la mesa y la decoración, el entorno en el que comemos, la música, su ocasión, la hora del día, etc. Por ejemplo, el sabor de un vino muy caro no sería el mismo si lo bebemos de un vaso de papel.

4. El hambre visual. El deseo o la necesidad de comer depende de la interacción de los cinco sentidos. ¿Pero cuál de los sentidos es importante? La respuesta resulta ser el sentido de la vista (Campo, et al., 2017). Ver alimentos apetitosos solo puede inducir el deseo y la comida. Esto presta apoyo al viejo adagio de que comemos primero con nuestros ojos. La forma en que se presenta la comida (estética visual) desempeña un papel importante en el centro de placer cerebral.

5. Bellas maneras. No es lo que dices, es cómo lo dices. La estética del manierismo desvía la atención de lo que se dice algo a cómo se dice algo. Esto significa prestar atención al tono de la voz, a las expresiones faciales y al movimiento corporal, así como al contenido. Estas apariencias externas comunican actitudes morales básicas: consideraciones, respeto y tolerancia. Otro acto cotidiano mundano se refiere a comer alimentos. Por ejemplo, uno puede devorar una comida preparada con amor, o puede tomar tiempo y saborear cada bocado con atención.

6. Experimentar la cosa en sí misma. Oscar Wild escribió que “todo el arte es bastante inútil”. Apreciamos las cosas hermosas no solo por su propósito práctico (utilidad), sino también por lo que son en sí mismas. Por ejemplo, las sombras no desempeñan ninguna función y, sin embargo, pueden ser hermosas. El hermoso ambiente del verano es totalmente diferente al invierno, pero ambos pueden saborearse igualmente.

7. Todo es impermanente. Los objetos envejecidos nos recuerdan la impermanencia de todo, incluida nuestra propia existencia. La enseñanza budista reconoce el apego (identificado como el deseo) como el origen del sufrimiento. Ya sea que seamos ricos o pobres, poderosos o impotentes, el tiempo funciona democráticamente en todos nosotros, incluidas nuestras posesiones. Nada está exento de esta ley de la naturaleza.

8. Vacío de sí mismo. La enseñanza del budismo reconoce que existe una disparidad fundamental entre la forma en que percibimos el mundo y la forma en que realmente son las cosas. La idea sugiere que hay muchas realidades posibles dependiendo de la perspectiva, y la nuestra es solo una entre muchas posibilidades. La percepción del budismo también nos recuerda que la iluminación significa estar libre del apego a las cosas y al yo. Aferrarse a esas creencias familiares nos lleva a una visión falsa del mundo.

9. Auto desarrollo. Finalmente, uno puede intentar escapar de la rutina y el aburrimiento en formas más lentas (Naukkarinen 2013). Esto a menudo significa un proceso de desarrollarnos, ampliar nuestros horizontes o aprender algo nuevo, lo cual puede ser muy exigente. Por ejemplo, estudiar artes, música o ciencias. El arte y las ciencias funcionan como un medio para abrir nuevas perspectivas y comprender el mundo de una manera nueva y diferente.

En resumen , la estética cotidiana significa apreciar las actividades mundanas en nuestra vida cotidiana como algo extraordinario (Leddy, 2012). Vivir artísticamente significa tener un interés genuino en todos los detalles de la vida diaria. Desde esta perspectiva, una vida interesante o feliz también podría considerarse como una “obra de arte” creativa.

Referencias

Leddy, Thomas (2012), The Extraordinary in the Ordinary: The Aesthetics of Everyday Life, Peterborough: Broadview Press.

Naukkarinen, Ossi (2013), “¿Qué es ‘Todos los días’ en estética cotidiana?” Estética contemporánea, 11.

Spence C, Okajima K, Cheok AD, Petit O, Michel C. Comer con nuestros ojos: del hambre visual a la saciedad digital. Cognición cerebral. 2016 Dec; 110: 53-63.

Yuriko Saito (2017), Estética de lo familiar: la vida cotidiana y la creación de mundos, NY: Oxford University Press.