Cómo el azote daña el cerebro

Las nalgadas erosionan el crecimiento del desarrollo en los niños y disminuye el coeficiente de inteligencia de un niño, según muestra un reciente estudio canadiense.

Este análisis, realizado en el Hospital de Niños de Eastern Ontario en Ottawa, ofrece nueva evidencia de que el castigo corporal causa deterioro cognitivo y dificultades de desarrollo a largo plazo.

Los debates sobre el castigo físico generalmente giran en torno a la ética del uso de la violencia para imponer la disciplina. Esta investigación sintetizó 20 años de investigaciones publicadas sobre el tema y apunta a "cambiar el debate ético sobre el castigo corporal a la esfera médica", dice Joan Durant, profesor de la Universidad de Manitoba y uno de los autores del estudio.

Según el informe, las nalgadas pueden reducir la materia gris del cerebro, el tejido conectivo entre las células del cerebro. La materia gris es una parte integral del sistema nervioso central e influye en las pruebas de inteligencia y las habilidades de aprendizaje. Incluye áreas del cerebro involucradas en la percepción sensorial, el habla, el control muscular, las emociones y la memoria. Investigaciones adicionales apoyan la hipótesis de que los niños y adolescentes sometidos a abuso y negligencia infantil tienen menos materia gris que los niños que no han sido maltratados.

Los profesionales médicos que investigan los efectos a largo plazo de las nalgadas han encontrado consistentemente un vínculo entre el castigo corporal y el aumento de la agresión en los niños. Dicha disciplina "educativa" se correlaciona con niveles más altos de actuación en la escuela y problemas en el rendimiento académico. Predice la vulnerabilidad a la depresión, por lo general en las niñas, y las tendencias antisociales generalmente se manifiestan en los niños.

Los niños son azotados más que las niñas. El castigo físico ocurre con mayor frecuencia en la edad del niño pequeño o en edad preescolar. Los padres de menores ingresos y con menos educación formal pegan más a menudo. Los conservadores religiosos tienden a favorecer el castigo corporal, aunque no siempre es el caso. La versión King James de la Biblia, Proverbios 13:24, expresa el sentimiento de "perdonar la vara y despojar al niño" en un lenguaje anticuado: El que detiene su vara, aborrece a su hijo; pero el que lo ama, lo castiga en el momento.

Las nalgadas obtienen resultados rápidos, pero no reducen el comportamiento no deseado. Además de los efectos fisiológicos perjudiciales, también puede infligir un daño emocional duradero que inhibe el proceso de aprendizaje. El castigo físico socava la confianza entre padres e hijos y genera hostilidad hacia las figuras de autoridad. Ser golpeado puede posteriormente obstaculizar las relaciones sociales en el aula donde hay un diferencial de poder entre el maestro y el niño. ¿Es de extrañarse que golpear le envíe la señal a un niño de que el aprendizaje se produce a través del castigo? Esta forma de disciplina pretende ser educativa, pero en realidad es una forma para que los padres expresen su propia ira. Las nalgadas implican el reconocimiento errado de las lesiones como educación. Las figuras de autoridad cultural, como padres y maestros, pueden interpretarse como proveedores de sadismo en lugar de conocimiento. El castigo corporal socava la compasión por los demás, por uno mismo, y limita la capacidad mutua de obtener información.

En 1979, Suecia se convirtió en el primer país en ilegalizar el castigo físico de los niños. Desde entonces, más de 30 países más han prohibido el castigo corporal en el hogar y en las escuelas. Sin embargo, sigue siendo legal que un padre azote a su hijo en los Estados Unidos. Parte de la dificultad para cambiar la actitud cultural de que el castigo corporal es un medio efectivo de disciplina es que muchos ven prohibir las nalgadas como una limitación de los derechos de los padres. Aquí, la suposición subyacente es que los niños siguen siendo propiedad de los adultos y deben servir al ego de sus padres.

En los Estados Unidos, las nalgadas han disminuido desde los movimientos de derechos civiles de la década de 1960. La mayoría de los padres que usan el castigo físico hoy lo lamentan y creen que mejora el comportamiento de un niño. Los medios más efectivos para enseñar disciplina son: dar tiempos de espera, elecciones y consecuencias no violentas por mala conducta. Esto incluye consecuencias lógicas ("si no recoge sus juguetes, no estarán disponibles mañana") y consecuencias naturales ("si no se pone el abrigo, tendrá frío").

Los padres que administran el castigo corporal solían ser ellos mismos quienes recibían el castigo corporal. En otras palabras, la causa de esta forma de violencia "educativa" a menudo se oculta en la historia reprimida de los padres. Cuando los adultos no entienden las conexiones entre sus experiencias previas de lesiones y las que repiten activamente en el presente, perpetúan un ciclo destructivo e infligen su propio sufrimiento a sus descendientes. La próxima generación continúa llevando el daño que se ha almacenado en la mente y el cuerpo de su antepasado. Por el contrario, los padres también pueden trabajar para tomar conciencia de su propio dolor infantil y reconocer cómo transmiten la violencia histórica a sus hijos al golpear.

La enseñanza efectiva de la disciplina puede tener el potencial de disminuir los niveles generales de violencia en nuestra sociedad. En otras palabras, el castigo corporal, cuyo uso de nalgadas es una forma relativamente menor, puede tener implicaciones sociales más grandes. Algunos estudios sugieren una conexión entre el castigo físico de los niños y el comportamiento involucrado en algunos asaltos criminales.

La Academia Estadounidense de Pediatría y la Asociación Estadounidense de Psicología se oponen a golpear a un niño o adolescente por cualquier motivo. Con respecto a cómo un padre puede manejar mejor un incidente de nalgadas en el momento del arrepentimiento después de que ha ocurrido, la Academia Estadounidense de Pediatría aconseja:

Los padres deben explicar con calma por qué lo hicieron, el comportamiento específico que lo provocó y lo enojados que se sintieron. También pueden disculparse con su hijo por su pérdida de control. Por lo general, esto ayuda al joven a comprender y aceptar las nalgadas, y sirve de modelo para el niño sobre cómo remediar un error.

¿Qué queremos enseñar a nuestros hijos? Nalgadas enseña a los niños que golpear es una respuesta aceptable a la ira. Mostrar a la próxima generación cómo manejar la ira sin violencia es una habilidad crítica para la vida.

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Se puede acceder al artículo original a través de la suscripción al Canadian Medical Association Journal: http://www.cmaj.ca/content/early/2012/02/06/cmaj.101314

* SpankOut Day USA, oficialmente el 30 de abril, fue inaugurado en 1998 para educar sobre la necesidad social de poner fin al castigo corporal y promover formas no violentas de enseñar disciplina.

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