Cómo ayudar a un niño a enfrentar sus problemas de salud mental

Una guía simple para ayudar a los adultos a capacitar a los niños para que se curen.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades reconocen las preocupaciones de salud mental en menores de edad como cambios graves y notables en el funcionamiento que causan angustia. Según Child Mind Institute, más de 17 millones de jóvenes de nuestra nación pueden estar enfrentando un problema de salud mental. Se estima que la mayoría de estos niños no reciben la ayuda que necesitan. La falta de atención adecuada puede no solo exacerbar los síntomas sino también afectar la salud, el funcionamiento, el rendimiento académico, las relaciones familiares, las conexiones entre iguales y el bienestar general del alumno. Las preocupaciones de salud mental no revisadas tienen el potencial de fomentar comportamientos temerarios, criminales y suicidas peligrosos. De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Mental, aproximadamente la mitad de las preocupaciones de salud mental se desarrollan a la edad de 14 años, por lo tanto, detectar las preocupaciones a temprana edad no solo es posible, sino también crítico. Para abordar estas alarmantes estadísticas, los adultos deben estar interesados ​​en los síntomas de la salud mental y ser capaces de abordar los posibles problemas.

Aquí hay cinco pasos para ayudarlo a ayudar a su hijo:

1. Conoce los signos

Los niños son susceptibles a una amplia variedad de problemas de salud mental, que incluyen, entre otros, trastornos de ansiedad, trastorno por déficit de atención e hiperactividad, trastornos de alimentación por trastornos del espectro autista y trastornos del estado de ánimo. Aunque los síntomas varían según el diagnóstico y pueden diferir de un niño a otro, los síntomas generales de los problemas de salud mental incluyen:

  • Cambios en el estado de ánimo, los sentimientos o el comportamiento
  • Falta de concentración
  • Retiro social
  • Pérdida de peso inexplicable
  • Disminución en el rendimiento académico
  • Pesadillas persistentes
  • Berrinches frecuentes
  • Síntomas físicos (p. Ej., Dolor de cabeza, malestar estomacal)
  • Daño a sí mismo o a los demás
  • Uso y abuso de sustancias

2. Expande tu conocimiento

Aprender los signos potenciales de un problema es el primer paso para expandir su conocimiento. Prestar atención a los signos mientras profundizas viene luego. Los signos de arriba son generales. Los síntomas varían según la preocupación. No necesita diagnosticar a su hijo, pero es útil explorar los síntomas específicos que pueden ser relevantes para la lucha de su hijo. Detenerse ante los síntomas anteriores puede hacer que pierda claves cruciales. Expandir su conocimiento puede ayudarlo a ver signos como ocultar alimentos o adelgazar el cabello que pueden estar relacionados con un trastorno de la alimentación, o comportamientos repetitivos y disfunciones del sueño que pueden atribuirse a un trastorno del espectro autista.

A medida que realiza su investigación, asegúrese de prestar atención a sus fuentes. Se puede encontrar información de calidad en sitios web de organizaciones de salud mental de buena reputación. Algunos recursos útiles incluyen:

El Instituto Nacional de Salud Mental

Psicología Hoy

Instituto Nacional de Salud Mental

Mental Health America

El Child Mind Institute

3. Tener un chat

Después de revisar los síntomas, si nota que varios se alinean con su hijo, es hora de una charla. Tómese un momento, retroceda y recuérdese a sí mismo por qué está teniendo esta conversación. Las probabilidades son que tu intención es ayudar a tu hijo a sanar. Es importante transmitir su amor y apoyo. Intente estar abierto a lo que su hijo tenga que decir y abstenerse de desechar sus pensamientos, sentimientos y experiencias.

El tiempo es importante para considerar. Puede que te estés acercando a esta conversación debido a una reacción a una crisis. Tenga en cuenta que puede ser difícil reflexionar y pensar con claridad en ese momento. Además, puede ser un tema delicado y puede sentirse incómodo, asustado o confundido. Eso es normal. Puede facilitar su camino en esta charla con un mensaje de texto o correo electrónico si es necesario. La información que habría reunido previamente en su investigación puede ser útil y puede ayudarlo a sentirse confiado en su enfoque. Dependiendo de la edad de su hijo, completar una evaluación o colaborar en una discusión sobre los síntomas puede ser apropiado. Independientemente de cómo elija abrir esta conversación con su hijo, recuerde ser imparcial, atento y alentador.

4. Forma un equipo

No todos los síntomas señalan preocupaciones de salud mental. Si su hijo niega los signos, podría ser una experiencia situacional y fugaz. Por otro lado, particularmente en función de su desarrollo y nivel de autoconciencia, es posible que su hijo ni siquiera reconozca los signos después de resaltarlos. Si ese es el caso, es importante ser consciente de los signos, estar atento a ellos, ya que pueden mostrarse en el tiempo, y confiar en su nivel de conocimiento.

Abrir este diálogo con un niño puede ayudarlos a sentirse cómodos al abordar sus problemas. En este momento, es crucial continuar con el diálogo. Si es posible, pregúntele a su hijo cómo puede ser útil. Claro, es posible que no conozcan la respuesta clínica, pero pueden tener necesidades simples que pueden llegar muy lejos, como necesitar un abrazo adicional o unos pocos minutos para hablar.

Puede ser difícil para usted comprender sus síntomas y, a su vez, su hijo puede sentirse solo, aislado e incomprendido. El hecho de que no tenga las mismas preocupaciones no significa que no pueda ayudarlo a sentirse validado y comprendido. Por un lado, tienen su apoyo. Su aliento puede ser terapéutico. Más allá de tus palabras, explora otras formas de empoderar a tu hijo.

Por ejemplo, The Child Mind Institute ha lanzado recientemente una serie de videos inspiradores de celebridades que hablan abiertamente sobre sus problemas de salud mental y cómo han crecido. James Van Der Beek discute la dislexia, Gabrielle Union habla sobre el trastorno de estrés postraumático, y Lindsey Sterling comparte sobre el tratamiento de los trastornos de la alimentación. Más allá de sus diagnósticos, estos modelos a seguir comparten sus dificultades para encontrar ayuda y el poder de buscar ayuda. Estos videos pueden ser una forma útil de conectarse y apoyar a su hijo.

5. Busca ayuda

Como se señaló anteriormente, no todos los problemas requieren ayuda profesional. Sin embargo, hay muchas preocupaciones en las que una discusión de apoyo puede no ser suficiente. En este caso, todo lo que necesita hacer es expandir su equipo. Los ayudantes están disponibles en escuelas, centros comunitarios, hospitales, centros de investigación, instituciones religiosas y prácticas privadas. Es posible que desee comenzar con su pediatra. Tal vez usted tiene un familiar o amigo que es un profesional de la salud mental y pueden orientarlo en la dirección correcta. Puede completar una búsqueda simple o usar un directorio refinado para encontrar el ayudante adecuado para usted. Además, más allá de la terapia individual, encontrar grupos de apoyo puede ser una forma útil de empoderar a su hijo.

Esta guía es simple, pero el proceso en sí puede no ser simple. Puede ser intimidante abordar problemas de salud mental con cualquier ser querido, y mucho menos con un niño. Sin embargo, la intervención temprana es fundamental para promover el crecimiento y el bienestar en el transcurso de la vida. Además, aunque el tono de esta guía alude a los tutores, cualquier adulto con un niño a su cargo (por ejemplo, maestros, entrenadores, niñeras, miembros de la familia) debe tener en cuenta estos pasos, ya que pueden ver los síntomas que los tutores pueden no ver.