Cómo criar a un niño emocionalmente sano

Comprender y enseñar la salud emocional.

Los niños quieren sentirse bien. Es un hecho de la vida, como todos nosotros. Pero ser un niño no es necesariamente siempre simple o fácil. Chicos y chicas se burlan, fallan en los exámenes y son elegidos al último para el equipo deportivo. Pero a pesar de estos desafíos, y quizás incluso a causa de ellos, los niños pueden aprender cómo volverse emocionalmente saludables mientras usan sus experiencias de la vida diaria.

El psicólogo Paul Ekman declaró: “Es nuestra responsabilidad aprender a ser emocionalmente inteligentes. Estas son habilidades, no son fáciles, la naturaleza no nos las dio, tenemos que aprenderlas ”. Y esta es precisamente la razón por la que enseñar a los niños antes que a las cosas posteriores. Los niños y las niñas que aprenden a manejar sus emociones, especialmente los desafiantes, pueden desarrollar inteligencia emocional y comenzar a dirigirse hacia experiencias de vida más positivas.

¿Qué es la salud emocional?

Instintivamente, todos sabemos cómo es el comportamiento emocionalmente malsano, como gritar, cerrar puertas, asesinar a tu madre y molestar a otros niños. Pero, ¿cómo se ve la salud emocional? Comienza con un niño que aprende a identificar sus emociones y luego las expresa constructivamente en lugar de destructivamente. Así que en lugar de empujar a Jorge en el patio de recreo, Josh aprende a alejarse y respirar profundamente cuando está enojado. Este es el primer paso.

Por supuesto, la salud emocional es un tema complejo, que comienza con la identificación y expresión de emociones de manera constructiva, pero incluye mucho más. El niño emocionalmente sano está aprendiendo a ser flexible, a desarrollar la mentalidad de la salud emocional, a desarrollar su carácter y a tomar decisiones inteligentes incluso cuando se enfrentan a desafíos emocionales. El camino no es necesariamente suave, pero es posible para la mayoría de los niños. Algunas de las habilidades que los niños (y sí, nosotros, los adultos) desarrollamos en el proceso son el autocontrol, la autoconciencia y la capacidad de tomar decisiones.

En mi libro, El niño emocionalmente sano , comparto las ideas que los niños necesitan aprender y las estrategias que los ayudan a comenzar a expresar sus emociones de manera constructiva. Tanto las ideas como los hábitos juntos ayudan a mover a un niño en una dirección más positiva.

Cómo modelar la salud emocional

La salud emocional es algo que aprendemos a lo largo de nuestras vidas. Dicho de otra manera, no es una casilla para marcar y ya hemos terminado, estamos aprendiendo constantemente cómo avanzar hacia mejores sentimientos y liberar emociones desafiantes de manera más constructiva. Pero, ¿cómo podemos como padres ocupados y maestros modelar una salud emocional positiva? Aquí hay algunas ideas:

  • Crea un vocabulario emocional. Ayudar a los niños a identificar sus emociones es siempre el primer paso. Por ejemplo, es mucho más fácil manejar la frustración o la irritación que la ira épica, por lo que poder detectar emociones y nombrarlas cuando son pequeñas es esencial. Una herramienta que utilizo es el “Nombre de la ira”, que enseña a los niños a nombrar su ira y crea conciencia de sí mismo (pág. 78).
  • Sé honesto (sobre tus sentimientos). Cuando está teniendo un día difícil, puede decir: “Este ha sido un día difícil y necesito respirar profundamente”. Recuerde que los niños aprenden más de quién es que de lo que dicen, así que sea honesto acerca de sus sentimientos ( en maneras apropiadas para la edad) y haz lo mejor para encontrar salidas saludables para ellos.
  • Utilizar estrategias (para calmar y expresar emociones de manera constructiva). Los niños emocionalmente sanos aprenden a usar estrategias para calmar y manejar sus emociones de manera inteligente. Pueden respirar profundamente, sentarse en la “silla de reinicio” en su salón de clases o aprender otra técnica, en casa o en la escuela, que les ayude a recuperar el equilibrio emocional. Por ejemplo, la respiración con burbujas es un ejercicio en mi nuevo libro, que ayuda a los niños a aprender a usar su respiración para calmarse (pág. 80-81).
  • Aprendiendo juntos Ya sea que los desafíos emocionales de hoy impliquen ayudar a su hijo a desconectarse de los dispositivos, a sobrellevar una decepción o algo más, su hijo o hija necesita su apoyo para aprender sobre sus emociones y qué hacer con ellos. Recuerde, un niño que “se comporta mal” simplemente no tiene las habilidades para manejarlos, pero con nuevas ideas y herramientas puede hacer algo de manera diferente (¡y sentirse mejor!).

Referencias

Healy, Maureen (2018). El niño emocionalmente sano. Novato, CA: Biblioteca del Nuevo Mundo.