Cómo la respiración calma tu cerebro

La investigación apunta a una gran cantidad de maneras en que la respiración controlada beneficia al cerebro

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La ciencia de la respiración se basa en fundamentos bastante antiguos. Siglos de sabiduría nos instruyen a prestar más atención a nuestra respiración, la más básica de las cosas que hacemos todos los días. Y, sin embargo, tal vez porque respirar es tan básico, también es fácil ignorarlo. Una breve reseña de la última ciencia sobre la respiración y el cerebro, y la salud en general, sirve como un recordatorio de que la respiración merece una atención mucho más cercana: cada respiración está ocurriendo más de lo que creemos.

Controlar tu respiración calma tu cerebro.

Si bien la advertencia para controlar la respiración para calmar el cerebro ha existido durante siglos, solo recientemente la ciencia ha comenzado a descubrir cómo funciona. Un estudio de 2016 tropezó accidentalmente con el circuito neuronal en el tronco encefálico que parece desempeñar un papel clave en la conexión de control del cerebro y la respiración. El circuito es parte de lo que se ha llamado el “marcapasos respiratorio” del cerebro porque se puede ajustar alterando el ritmo respiratorio (la respiración controlada y lenta disminuye la actividad en el circuito, la respiración errática aumenta la actividad), lo que a su vez influye en los estados emocionales. Exactamente cómo sucede esto todavía se está investigando, pero conocer el camino existe es un gran paso adelante. Ejercicios simples de respiración controlada como el método 4-7-8 pueden funcionar regulando el circuito.

La respiración regula su presión arterial.

“Respire hondo” es un consejo sólido, especialmente cuando se trata de evitar que la presión arterial aumente. Si bien no está claro si puede controlar por completo la presión arterial con la respiración controlada, las investigaciones sugieren que reducir la velocidad de la respiración aumenta la “sensibilidad barorrefleja”, el mecanismo que regula la presión arterial a través de la frecuencia cardíaca. Con el tiempo, usar la respiración controlada para reducir la presión arterial y la frecuencia cardíaca puede reducir el riesgo de accidente cerebrovascular y aneurisma cerebral, y generalmente disminuye el estrés en los vasos sanguíneos (una gran ventaja para la salud cardiovascular).

Contando respiraciones golpea las regiones de control emocional del cerebro.

Un estudio reciente mostró que controlar la respiración contando las respiraciones influye en las “oscilaciones neuronales en todo el cerebro”, particularmente en las regiones cerebrales relacionadas con la emoción. A los participantes se les pidió que contaran cuántas respiraciones tomaron durante un período de dos minutos, lo que les hizo prestar especial atención a su respiración. Cuando contaron correctamente, la actividad cerebral (monitoreada por EEG) en regiones relacionadas con la emoción, la memoria y la conciencia mostraron un patrón más organizado en comparación con lo que normalmente se experimenta durante un estado de reposo. Los resultados son preliminares, pero se suman al argumento de que controlar la respiración gira hacia algo más profundo.

El ritmo de tu respiración afecta la memoria.

Un estudio de 2016 mostró por primera vez que el ritmo de nuestra respiración genera actividad eléctrica en el cerebro que influye en lo bien que recordamos. Las mayores diferencias estuvieron relacionadas con si los participantes del estudio estaban inhalando o exhalando, y si respiraron por la nariz o la boca. La inhalación se relacionó con un mayor recuerdo de caras temerosas, pero solo cuando se respira por la nariz. Los participantes también pudieron recordar ciertos objetos mejor al inhalar. Los investigadores creen que la inhalación nasal desencadena una mayor actividad eléctrica en la amígdala, el epicentro emocional del cerebro, lo que mejora el recuerdo de los estímulos temerosos. La inhalación también parece estar vinculada a una mayor actividad en el hipocampo, el asiento de la memoria.

La respiración controlada puede estimular el sistema inmunológico y mejorar el metabolismo energético.

Si bien este es el hallazgo más especulativo de los hallazgos del estudio en esta lista, también es uno de los más interesantes. El estudio estaba evaluando la “Respuesta de relajación” (un término popularizado en el libro de los años 70 del mismo nombre por el Dr. Herbert Benson, también coautor de este estudio), que se refiere a un método de contracción del sistema nervioso parasimpático para contrarrestarlo la respuesta de “luchar o huir” del sistema nervioso al estrés. La respiración controlada desencadena una respuesta parasimpática, según la teoría, y también puede mejorar la resistencia del sistema inmune como un “beneficio de salud aguas abajo”. El estudio también encontró mejoras en el metabolismo energético y una secreción de insulina más eficiente, lo que resulta en un mejor control del azúcar en la sangre. Si es preciso, los resultados respaldan la conclusión de que la respiración controlada no solo es un contrapeso al estrés, sino que también es valiosa para mejorar la salud en general.

© David DiSalvo