Deporte: encontrar tu intensidad principal

La intensidad principal es la cantidad ideal de actividad fisiológica necesaria para que pueda realizar su mejor esfuerzo. También es el nivel de intensidad que percibes como el más positivo y beneficioso para tus actuaciones deportivas. Desafortunadamente, no hay un nivel ideal de intensidad para cada atleta. La intensidad principal es individual; es diferente para todos Algunos atletas realizan el mejor relajado. Otros funcionan mejor energizados, pero no demasiado emocionados. Aún otros realizan mejor increíblemente intenso y encendido. Debes descubrir el nivel de intensidad que te permite rendir al máximo.

El deporte en el que participes también juega un papel en la determinación de tu intensidad principal. Aunque habrá alguna variación en la intensidad dentro de un deporte, los diferentes deportes requieren diferentes niveles de intensidad. Por ejemplo, el golf exige un bajo nivel de intensidad porque involucra habilidades motoras precisas. Por el contrario, los linieros de fútbol necesitan mucha intensidad porque su posición implica fuerza y ​​explosividad. Otros deportes, como el tenis, el fútbol y el baloncesto, necesitan una intensidad más moderada porque combinan velocidad, potencia y habilidad.

Su intensidad es muy similar al termostato que mantiene la temperatura más confortable en su casa. Siempre nota cuando su casa está demasiado caliente o demasiado fría porque es sensible a los cambios de temperatura. Cuando la temperatura se vuelve incómoda, ajuste el termostato a un nivel más cómodo. Puede pensar en su intensidad como su temperatura interna que debe ajustarse periódicamente. Debes ser sensible a cuando tu intensidad ya no sea cómoda, en otras palabras, no te permite rendir al máximo. A continuación, puede usar las técnicas de control de intensidad que describiré en mi boletín de marzo de 2010 para subir o bajar su intensidad a su nivel principal.

Tienes varios objetivos en el desarrollo de la intensidad principal. Primero, para saber cuál es tu principal intensidad. Luego, para reconocer los signos de sobreintensidad y falta de intensidad en la práctica y las competiciones. Luego, para identificar aquellas situaciones en las cuales tu intensidad puede subir o bajar. Finalmente, tome medidas activas para alcanzar y mantener la intensidad máxima durante la práctica y las competiciones (el último objetivo se abordará en mi próximo boletín informativo).

Determinando la Intensidad Prime

El primer paso para controlar tu intensidad es identificar cuál es tu intensidad principal. Primero, piensa en varias competiciones en las que te desempeñaste muy bien. Recuerde su nivel de intensidad. ¿Estabas relajado, con energía o realmente entusiasmado? Luego recuerda los pensamientos, emociones y sentimientos físicos que experimentaste durante estas competencias. ¿Eras positivo o negativo, feliz o enojado, relajado o tenso? En segundo lugar, piense en varias competiciones en las que tuvo un rendimiento pobre. Recuerde su nivel de intensidad. Recuerde los pensamientos, emociones y sentimientos físicos que tuvo en estas competiciones. Si eres como la mayoría de los atletas, surgirá un patrón distinto. Cuando te desempeñas bien, tienes un nivel particular de intensidad. Esta es tu principal intensidad. También hay pensamientos, emociones y sentimientos físicos comunes asociados con tu intensidad principal y tu rendimiento. Por el contrario, cuando rindes mal, hay un nivel de intensidad muy diferente, ya sea superior o inferior a tu intensidad principal. También hay pensamientos, emociones y sentimientos físicos decididamente diferentes.

Otra forma útil de ayudarte a comprender tu intensidad principal es experimentar con diferentes niveles de intensidad en la práctica y ver cómo la diferente intensidad afecta tu rendimiento. Aquí hay un buen ejercicio que puedes usar para aprender más sobre tu intensidad principal (puedes adaptarla a tu deporte en particular):

Digamos que estás trabajando en un ejercicio para mejorar algunos aspectos de tu rendimiento. Divide el taladro en tres segmentos. El primer segmento enfatizará la baja intensidad. Antes de comenzar el ejercicio, respire lenta y profundamente varias veces, relaje los músculos y concéntrese en los pensamientos calmantes (p. Ej., "Fácil lo hace", "Fresco y tranquilo"). Al comenzar el ejercicio, manténgase enfocado en mantener su cuerpo relajado y en calma.

El segundo segmento se enfocará en intensidad moderada. Antes del ejercicio, respire profundo pero con mayor fuerza, camine un poco y concéntrese en pensamientos más enérgicos (p. Ej., "Vámonos", "Recógelo"). Antes del ejercicio, rebote en sus pies ligeramente y sienta que su intensidad aumenta. Durante el simulacro, preste atención a sentir la intensidad y energía en su cuerpo y mantener su cuerpo en movimiento.

El segmento final resaltará alta intensidad. Antes del ejercicio, tome varias respiraciones más cortas e intensas, con especial énfasis en una exhalación dura y agresiva, comience a rebotar de inmediato hacia arriba y repita pensamientos intensos (p. Ej., "Enciéndelo", "Consígalo"), diciendo: estos en voz alta con energía y fuerza. Siente el alto nivel de intensidad y energía al comenzar el ejercicio, y concéntrate en mantener la intensidad con movimientos constantes y conversaciones internas de alta energía.

Los animo a usar este ejercicio por varios días para que puedan ver claramente cómo su intensidad afecta su rendimiento. Al igual que con la comparación de los buenos y malos desempeños anteriores, es probable que vea un patrón emergente en el que se desempeñe mejor en uno de los tres niveles de intensidad. Ese nivel de intensidad es el que desea apuntar tanto en la práctica como en la competencia.

Con este conocimiento, tendrás una buena idea de tu intensidad principal. A continuación, puede usar esa información para reconocer cuando no está en intensidad principal y necesita ajustar su intensidad a un nivel principal.