Elogio de la curiosidad

Por qué la curiosidad importa y cómo fomentarla.

Josephine Ensign

Dentro de la “Sala No 2 1984” por Irina Nakhova. Tate Modern Museum, Londres

Fuente: Josephine Ensign

Me sorprendió esta semana que la curiosidad, el tiempo y el espacio necesarios para alimentar la curiosidad, tenga poco o ningún lugar en nuestras instituciones. No en la universidad o en nuestras aulas o en las sagradas salas de gobierno o en nuestro sistema de atención médica. En lugar de una curiosidad de mente abierta que puede llevar a soluciones innovadoras para grandes problemas como la falta de vivienda, confiamos en juicios instantáneos y decisiones basadas en nuestras ideas preconcebidas, sesgadas y preconcebidas.

La curiosidad no mató al gato. La curiosidad es necesaria para el crecimiento, la supervivencia y la resistencia frente a la adversidad. La curiosidad es necesaria para la empatía, para la perspectiva, la imaginación y la creatividad. Los bebés y los niños pequeños son naturalmente curiosos, pero a medida que crecen, la educación formal los obliga a suprimir la curiosidad. Los estudiantes, y especialmente los estudiantes universitarios, suelen tener miedo de hacer preguntas por temor a parecer incompetentes y estúpidos. Calificamos a los estudiantes según sus respuestas y no según la calidad de sus preguntas. Los profesores universitarios, incluidos los educadores de enfermería, no modelan una valoración y práctica saludables de la curiosidad. Nos vemos obligados a especializarnos en un “área de estudio enfocada”, a convertirnos (o al menos en pretender ser) en expertos con respuestas y no en educadores sabios con más preguntas.

Tenelle Porter, Ph.D., erudita en psicología del comportamiento en la Universidad de California, Davis describe la humildad intelectual como la capacidad de reconocer (a nosotros mismos y a los demás) que lo que sabemos es bastante limitado. Señala que los profesores universitarios no son conocidos por tener altos niveles de humildad intelectual, pero al mismo tiempo que fomentan la humildad intelectual (estrechamente relacionada con los niveles más altos de curiosidad) en los estudiantes conduce a un mayor aprendizaje y más tarde al éxito profesional. Además, la humildad intelectual está asociada con una mayor apertura para escuchar y considerar diferentes puntos de vista, algo que es muy deficiente en nuestra sociedad y en nuestras aulas.

Fuentes:

Francesca Gino (2018) The Business Case for Curiosity, Harvard Business Review

Tenelle Porter y Karina Schumann (2018) Humildad intelectual y apertura a la visión opuesta, Yo e identidad, 17: 2, 139-162, DOI: 10.1080 / 15298868.2017.1361861

Tenelle Porter (2018) Los beneficios de admitir cuando no lo sabes, Behavioral Scientist