¿Puede la actividad cerebral en bebés predecir trastornos psiquiátricos?

La neuroimagen puede predecir el riesgo de síntomas depresivos y de ansiedad en los niños.

Los niños pequeños pueden demostrar comportamientos predictivos de trastornos depresivos y de ansiedad. Estos comportamientos se correlacionan con la actividad en ciertas áreas del cerebro, incluida la amígdala, una región conocida por su participación en la regulación emocional. Es posible medir la conectividad funcional entre la amígdala y otras áreas del cerebro con la neuroimagen funcional, y los avances recientes permiten que los estudios se realicen en recién nacidos no sedados, en reposo o en sueño.

En un estudio publicado en la Revista de la Academia Estadounidense de Psiquiatría Infantil y Adolescente, Cynthia Rogers y sus colegas examinaron los patrones de conectividad funcional entre la amígdala y otras regiones cerebrales en los recién nacidos a término durante los primeros 4 días de vida y en los recién nacidos prematuros cuando alcanzó la edad equivalente a término completo. Posteriormente, pudieron correlacionar los patrones de conectividad que observaron en los bebés con conductas depresivas y de ansiedad que evaluaron más tarde cuando los niños tenían 2 años.

Los investigadores pudieron abordar dos preguntas importantes. En primer lugar, ¿los patrones de conexiones funcionales entre la amígdala y otras regiones del cerebro que estaban presentes cerca del momento del nacimiento predicen el desarrollo de síntomas depresivos o de ansiedad a los 2 años de edad? En segundo lugar, ¿los patrones de conectividad funcional son similares en los recién nacidos prematuros y nacidos a término?

Resulta que incluso en el momento del nacimiento hay patrones de conexiones funcionales en el cerebro que se correlacionan con el desarrollo posterior de síntomas depresivos y de ansiedad. Además, la relación de los patrones de conectividad que involucran la amígdala y los síntomas de depresión / ansiedad es similar en los recién nacidos prematuros y de término completo.

Este estudio y otros similares plantean varias preguntas importantes. ¿Será posible examinar a los bebés de forma segura y determinar su riesgo de desarrollar trastornos psiquiátricos? Para los bebés que se determina que están en riesgo, ¿hay intervenciones terapéuticas que puedan disminuir este riesgo? Es probable que las estrategias preventivas impliquen enseñar a los padres ciertos tipos de habilidades parentales interactivas, como ya se está haciendo en los estudios de infantes de alto riesgo por Joan Luby y otros.

Estos estudios en niños muy pequeños brindan la mayor esperanza para desarrollar estrategias de prevención para afecciones psiquiátricas que comienzan en niños o adultos jóvenes. Si esto sucede, sería una demostración notable de cómo los avances neurocientíficos pueden conducir a beneficios de salud directos y tener un impacto positivo en la salud individual y pública.

Esta columna fue escrita por Eugene Rubin MD, PhD y Charles Zorumski MD.

Referencias

Rogers, CE, Sylvester, CM, Mintz, C., Kenley, JK, Shimony, JS, Barch, DM y Smyser, CD (2017). Conectividad funcional de la amígdala neonatal en reposo en recién nacidos sanos y prematuros y síntomas de internalización temprana. J Am Acad Child Adolesc Psychiatry. 56 (2): 157 – 166.