Una medicación experimental para tratar el desorden de ansiedad social

Muchas personas no disfrutan dando charlas frente a una audiencia. A muchos no les gusta interactuar con personas nuevas en eventos sociales. Cuando la ansiedad de una persona es lo suficientemente severa como para conducir a conductas de evitación que son perjudiciales para la carrera o las relaciones, esta persona puede estar sufriendo un trastorno de ansiedad social.

Hay tratamientos que pueden ayudar. Varias formas de psicoterapia pueden disminuir los síntomas. Ciertos medicamentos antidepresivos también pueden ser efectivos, pero solo si se toman de forma crónica. Hay algunos medicamentos que pueden ayudar a disminuir la ansiedad aguda, pero pueden tener efectos secundarios significativos y solo pueden ser parcialmente efectivos. Las benzodiazepinas (medicamentos de tipo Valium) reducen la ansiedad de manera aguda, pero pueden causar atontamiento, deterioro cognitivo y problemas a largo plazo con la dependencia de drogas.

Un informe reciente de Michael Liebowitz y sus colegas en el American Journal of Psychiatry describe los efectos de un medicamento experimental para el trastorno de ansiedad social que se administra como un aerosol nasal. Estos investigadores probaron esta nueva medicación en un grupo de 90 mujeres con trastorno de ansiedad social bajo dos escenarios: (1) una situación en la que se le pidió al participante del estudio que preparara rápidamente y pronunciara un discurso delante de 3 extraños y (2) una situación donde el participante tuvo que interactuar con personas que no conocía. El estrés se midió con un cuestionario de autoinforme y se registró cada minuto antes y durante el estresor. Los niveles de estrés medidos en estas situaciones después del tratamiento con medicación activa se compararon con los experimentados después del tratamiento con un spray nasal de placebo.

La medicación activa fue efectiva para disminuir los niveles de estrés durante ambas situaciones estresantes. Los investigadores informaron que el 75% de los que recibieron el fármaco activo notaron una mejora sustancial frente al 37% de los que recibieron placebo. La mejora se produjo para hablar en público y las interacciones sociales. Se notó mejoría justo antes de los eventos de prueba y durante los eventos de prueba.

Este medicamento experimental fue eficaz minutos después de la administración y pareció tener pocos efectos secundarios. El número de personas que han probado este fármaco en investigación es pequeño, y la información con respecto a su seguridad, así como la información sobre cuánto duran los efectos y los efectos de la dosificación repetida, requieren una prueba mucho más grande.

El fármaco en investigación es un esteroide sintético que parece funcionar al estimular un tipo de célula que se encuentra en la nariz (llamadas células del receptor vomeronasal). Una vez estimuladas, estas células quimiosensoriales influyen en las regiones límbicas del cerebro involucradas en la regulación de las respuestas emocionales. En algunos animales, las células vomeronasales son estimuladas por productos químicos llamados feromonas y por ciertos esteroides neuroactivos fabricados en el cuerpo y el cerebro. Las feromonas son sustancias químicas que influyen en el comportamiento social. Los papeles, si los hay, de las feromonas en las interacciones humanas son controvertidos, aunque los humanos claramente tienen neuronas quimiosensoriales nasales y tienen respuestas sociales a los olores (es decir, perfumes).

Cabe señalar que varios autores de este documento tienen relaciones financieras con la compañía que está desarrollando y probando este medicamento. Estos investigadores afirman que "los hallazgos deberán ser replicados para que se los considere establecidos". Acordamos que la replicación es esencial. Si estos hallazgos son reproducidos por otros investigadores en estudios cuidadosamente diseñados, tales resultados sugerirían la efectividad de una nueva categoría de medicamentos que influyen en el cerebro regulando la actividad de células específicas en la nariz y, a su vez, modulando reacciones emocionales agudas.

Esta columna fue escrita por Eugene Rubin MD, PhD y Charles Zorumski MD.