150 libras de sal

¿Quién necesita ciento cincuenta libras de sal? En noviembre pasado, después de salir de la extraña tormenta de nieve de Halloween que nos dejó sin electricidad durante casi una semana, parecía una idea prudente. El invierno ni siquiera había comenzado y ya estábamos inundados con varios pies de material blanco. Compré bañeras de tres cincuenta libras y las descargué en el suelo del garaje, preparándome para las tormentas previstas. Aquí estamos a mediados de marzo, 70 grados y los tambores de plástico aún no se han abierto. No me quejo, aunque sé que tendré que trasladarlos mientras excavo los muebles del patio en las próximas semanas. Al dimensionar esta transacción, mi plan falló.

Algunas veces, las cosas que planeamos no ocurren y algunas veces las cosas que no anticipamos ocurren con venganza. Es la forma en que es la vida, un retroceso a los "Planes del hombre: Dios se ríe". El proceso es lo que se debe reconocer y honrar. Las palas del invierno vienen, sal, ropa de abrigo, ventana de tormenta y un contrato con un contratista de arado de buena reputación. Es solo prudente. Este año, nuestro costo estuvo por debajo del presupuesto en costos de calefacción y arado; una oportunidad de capturar el excedente de ahorros, inversiones u otras categorías importantes. En nuestro caso, lo dividimos en un pago de hipoteca adicional y una reserva para un proyecto de reparación y costos adicionales para el aumento de los precios de la gasolina. Entonces, aunque el plan falló, terminamos siendo los ganadores.

He escuchado a la gente hablar sobre su total y total desdén por los presupuestos; o tal vez es más el miedo a la restricción, restricción o inflexibilidad lo que los desalienta. El hecho es que la planificación comienza con varios problemas clave:

1. ¿Cuál es el objetivo y por qué es importante?

2. ¿Qué tan importante es para mí lograrlo?

3. ¿Qué estoy dispuesto a hacer para llegar allí?

Una vez que se hayan respondido estas tres preguntas, ahora puede comenzar a poner en juego los factores necesarios para planificar.

Aquí hay un esquema típico para crear un presupuesto:

Ingresos (la mayoría de las personas sabe lo que ganarán)

menos: gastos fijos (hipoteca / alquiler, servicios públicos, seguros, etc.)

menos: impuestos

igual: gasto discrecional + excedente (ahorro / inversión)

No hay nada mágico en eso, y ciertamente, puedes crearlo sin un gran esfuerzo. La pregunta es, ¿se convertirá en un participante activo y supervisará su presupuesto regularmente para que pueda reaccionar a los cambios imprevistos? Como la mayoría de las cosas, nuestros comportamientos determinan nuestro éxito y nuestra disposición a participar activamente nos ayuda a lograr nuestros objetivos.

Algunos de nosotros somos 'confrontadores' mientras que otros son 'evitadores'; algunos son gastadores y otros ahorradores; el hecho es que necesitamos entendernos mejor a nosotros mismos en un esfuerzo por vivir de manera más efectiva. La planificación, para algunos, es una línea de vida de estabilidad que ayuda a poner la vida en orden y nos permite vivir más plenamente y con un propósito. Para otros, es como caminar sobre una lámina de hielo.