Aprender a conversar es aprender a interactuar

Es difícil estudiar cómo los niños realmente comienzan a usar el lenguaje. Parte del problema es que tratamos el lenguaje en sí mismo como una cosa para estudiar independientemente de cómo se usa. Entonces, nos enfocamos en las palabras que los niños aprenden o en la forma en que estructuran esas palabras en oraciones simples y (eventualmente) más complejas.

Otro problema, sin embargo, es que cuando el lenguaje realmente se usa, toda la situación es desordenada. Al principio, un padre o cuidador está interactuando con el niño. Están tratando de hacer alguna actividad juntos. Originalmente, el padre puede usar algunas palabras, que el niño puede o no comprender. También hay algunos señalando y sosteniendo objetos. Finalmente, el lenguaje juega un papel más importante en este proceso.

Eso significa que realmente estudiar el desarrollo del uso del lenguaje requiere mirar no solo las palabras que usan los niños, sino también la complejidad en desarrollo de las interacciones entre los niños y las personas que los rodean.

En un interesante artículo publicado en la edición de junio de 2014 de Child Development por Lauren Adamson, Roger Bakeman, Deborah Deckner y Brooke Nelson observaron a un grupo de niños durante varios años para comenzar a mapear cómo estas interacciones cambian con el tiempo.

Observaron a los niños interactuando con sus madres a partir de un año y medio y continuando hasta que tenían aproximadamente cinco años y medio. Vale la pena reconocer desde el principio que este tipo de investigación es difícil de hacer. La mayoría de los investigadores se centran en tareas que se pueden realizar en una sesión que dura una hora o menos. Para un grupo de seguimiento con los mismos niños en un período de cuatro años es una gran cantidad de trabajo.

En cada visita, la madre y el niño jugaron juntos un juego en el que el experimentador desempeñó el papel de director de una obra de teatro. Se suponía que la madre era un miembro del elenco de apoyo, y el niño era la "estrella" de la obra. Luego, el experimentador montó varias escenas para que el niño jugara, en las que el padre tenía que ayudar al niño a lograr algún objetivo. Con el tiempo, las acciones se volvieron más complicadas a medida que crecían las habilidades del niño.

Por ejemplo, en una escena, el experimentador trajo varios objetos a la habitación, los colocó en un armario y salió de la habitación. Se suponía que la madre debía hacer que su hijo escondiera los objetos en un lugar diferente y luego hablar con el niño sobre dónde el experimentador pensaría que serían los objetos cuando regresara a la habitación.

Los investigadores observaron el video de estas interacciones para examinar cómo la naturaleza de la interacción cambió con el tiempo, así como también cómo el uso del lenguaje entró en las interacciones.

Algunos de los resultados son bastante obvios. Por ejemplo, en un año y medio, el padre y el hijo interactúan mucho entre sí, pero se usa muy poco lenguaje. En su mayoría, el padre está dirigiendo las acciones del niño y ocasionalmente usando algunas palabras. Para cuando el niño tiene 3 años, el lenguaje está profundamente arraigado en las interacciones. Casi todas las acciones tomadas por el padre o el niño van acompañadas de palabras.

Un cambio interesante en el tiempo es que a edades más tempranas, las madres realmente están dirigiendo la interacción. Están configurando una estructura de cómo la tarea se debe lograr moviendo objetos y haciendo preguntas principales. Para cuando el niño tiene cinco años, la interacción es mucho más equilibrada. El padre todavía lidera, pero el niño también está inyectando más sugerencias y haciendo más recomendaciones.

Otro cambio en el tiempo es el tipo de cosas que el lenguaje se usa para describir. A los tres, gran parte del lenguaje se centra en objetos únicos y elementos observables en el mundo. A la edad de cinco años, también hay mucha más discusión sobre las relaciones entre los objetos y no solo sobre los objetos mismos.

Un aspecto sorprendente de los datos es que a la edad de 2 años y medio, hay mucha variabilidad entre los niños en la cantidad de lenguaje que utilizan al interactuar con sus madres. Algunos niños usan el lenguaje en casi todas las interacciones, mientras que otros se parecen a los de 18 meses, donde se usa muy poco idioma. Pero, a la edad de 3 años y medio, casi todos los niños usan el lenguaje en todas sus interacciones con su madre.

Eso significa que tan pronto como los niños aprenden a hablar razonablemente bien, sus interacciones cambian inmediatamente al uso del lenguaje, porque es una herramienta tan importante para comunicarse.

Un estudio como este es en gran parte descriptivo. Se enfoca en lo que sucede en diferentes puntos de la vida de un niño cuando comienzan a conversar con otras personas. Lo bueno de este trabajo es que se centra tanto en el uso de palabras y oraciones, como en el tipo de interacciones que los niños están teniendo con los demás. En definitiva, comprender cómo se desarrolla el lenguaje requerirá conectar el uso del lenguaje con las situaciones en las que se utiliza el lenguaje.

Sigueme en Twitter.

Y en Facebook y en Google+.

Mira mi nuevo libro Smart Change .

Y mis libros Pensamiento inteligente y hábitos de liderazgo

Escucha mi programa de radio en la radio KUT en Austin Two Guys on Your Head y sigue a 2GoYH en Twitter.