Dar de la cabeza vs. Dar del corazón

Peter Singer nos pide que pensemos sobre cuestiones éticas. Su último desafío se plantea de esta manera: digamos que puede darse el lujo de donar $ 100,000 a obras de caridad y que dos grupos diferentes le pregunten al mismo tiempo. Uno es un museo de arte que quiere un ala nueva para exhibir mejor su arte y el otro es una organización que puede prevenir la ceguera en 1,000 personas por la misma cantidad de dinero.

Suponiendo que vas a hacer la donación, ¿qué caridad debes dar?

Singer trata de resolver este problema preguntando dónde los $ 100,000 harían más bien. Su respuesta es "que el daño causado a una persona que se ciega pesa más que los beneficios recibidos por 1,000 personas que visitan la nueva ala".

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Hacer el bien, en opinión de Singer, es un cálculo. Lo correcto es lo que crea el mayor bien para el mayor número. Pero, ¿qué pasaría si cambiamos los ejemplos que ofrece Singer para elegir entre $ 100,000 para la educación universitaria de su hijo frente a $ 100,000 para evitar que 1.000 personas pierdan la vista?

Aunque construir una nueva ala para un museo en comparación con la prevención de la ceguera generalizada parece trivial y egoísta, educar a su propio hijo a expensas de evitar que muchas personas se vuelvan ciegas no es tan obvio.

O qué tal este ejemplo: una familia sin hogar aparece en su puerta y los acoge. El costo de mantenerlos alojados, alimentados, educados y saludables es equivalente al costo de proporcionar agua limpia a muchas aldeas en el mundo en desarrollo.

¿O qué pasa con el dinero gastado en proporcionar consuelo a un miembro de la familia mayor? ¿No haría ese mismo dinero más bien para más personas que de otro modo vivirían en la miseria?

El problema con un análisis de costo / beneficio en ética es que algunos beneficios son cálculos del corazón, no de la cabeza. Somos leales a ciertas personas y merecen más de nosotros que extraños. Para usar otro ejemplo: suponga que su hijo se está divirtiendo en el océano y que lo arrastran en una resaca con otros dos niños. Sería un padre insensible y extraño que no intentaría rescatar primero a su propio hijo, permitiendo que los demás se ahoguen.

Singer nos desafía a un "altruismo efectivo". Dar dinero donde poco o nada de bueno resulta es un desperdicio. Pero dar tiempo y dinero a causas que están cerca de su corazón es más efectivo a largo plazo que los beneficios comparativos. Nuestros corazones nos mueven más que nuestras cabezas. Esto no siempre es bueno, pero es la forma en que vivimos la mayoría de nosotros. Y si esto significa que no somos tan efectivos en nuestras donaciones benéficas como podríamos, está bien. El altruismo nos mueve a hacer el bien; no nos obliga a ser perfectos.