El vínculo entre el ejercicio y la memoria (¿y el sueño?)

Una nueva investigación muestra que el ejercicio optimiza el cerebro para la consolidación de la memoria.

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El ejercicio mejora la conectividad en el cerebro y eso aumenta la memoria.

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El ejercicio es bueno para el cerebro. Su clase regular de jog o spin beneficia la memoria y la función ejecutiva. Si lo haces tres o cuatro veces por semana, el ejercicio también mejora tus habilidades motoras, cualquier cosa que requiera movimiento y músculos. Investigaciones previas han demostrado que el momento del ejercicio afecta cuán bien ayuda a establecer recuerdos.

Pero nadie sabía mucho sobre por qué esto debería ser así. Ahora, un nuevo estudio muestra por primera vez cómo el ejercicio cambia el cerebro de manera que podría explicar por qué es útil para la consolidación de la memoria. “Tu cerebro se vuelve más eficiente”, dice Marc Roig, un neurocientífico y terapeuta físico de la Universidad McGill en Montreal, que es el autor principal del artículo. Es más, dice Roig, los resultados sugieren que una buena noche de sueño podría ser una parte importante del proceso.

El documento, publicado en NeuroImage y co-escrito por Fabien Dal Maso, Bennet Desormeau y Marie-Hélène Boudrias, se centra en el aprendizaje motor y la memoria. Roig y sus colegas trabajan con pacientes de rehabilitación, especialmente aquellos que han sufrido un derrame cerebral. “La idea es tratar de utilizar el ejercicio junto con el aprendizaje motor para mejorar la retención de las habilidades motoras en los pacientes”, dice Roig. Pero sus hallazgos podrían aplicarse también a la formación deportiva. Y dado que se ha encontrado que el ejercicio mejora otros tipos de memoria, como la memoria visual o verbal, el estudio puede tener implicaciones más amplias.

En la primera parte del estudio, Roig y sus colegas confirmaron algo que encontraron antes. Una serie de ejercicios agudos inmediatamente después de practicar una tarea motora mejoró la retención 24 horas después. “Parece que abre una ventana de plasticidad cerebral y eso ayuda a que lo que aprenda se consolide más efectivamente”, dice Roig.

Para demostrar esto, primero pidieron a dos grupos de adultos jóvenes que aprendieran lo que esencialmente era un videojuego muscular. Los participantes manipularon un joystick capaz de medir la fuerza de su agarre y tuvieron que mover un cursor en la pantalla de una computadora, poniéndolo dentro de objetivos específicos. Inmediatamente después de la tarea, un grupo se ejercitó con fuerza en una bicicleta estacionaria durante quince minutos. El otro grupo no hizo ejercicio. Simplemente se sentaron en la bicicleta sin pedalear.

Para investigar la actividad cerebral, los investigadores agregaron una simple tarea motora muy parecida a los movimientos musculares que el juego requería. Después de hacer ejercicio o no, los voluntarios simplemente tuvieron que agarrar un joystick y aplicar una cierta cantidad de fuerza. Mientras lo hicieron, los investigadores midieron la actividad eléctrica en sus cerebros en las siguientes dos horas. “Las dos horas siguientes son fundamentales para la consolidación de una memoria”, dice Roig. “En [ese momento], tu cerebro decidirá si quiere retener esta información o no”.

Finalmente, les pidieron a todos que volvieran 8 horas y 24 horas más tarde para volver a jugar. “Esto es solo para medir la memoria”, dice Roig. El ejercicio completo es similar a que se le pida que memorice un párrafo y luego trate de repetir el párrafo ocho y 24 horas después para ver cuántas palabras recuerda. “Eso es exactamente lo mismo, pero en este caso es una tarea motriz, no es un párrafo”, explica Roig.

“Lo que descubrimos fue que cuando realizaban la tarea motora más simple, la actividad cerebral era mucho menor y la conectividad entre las distintas áreas cerebrales era mucho más alta [en el grupo de ejercicios]”, dice Roig. Específicamente, encontraron un aumento en la conectividad tanto dentro como entre los hemisferios del cerebro y fue especialmente frecuente en las áreas sensoriales motoras, que están a cargo de la ejecución y la planificación de los movimientos. Además, “esta menor actividad y mayor conectividad se correlacionaron con lo bien que recordaban la tarea motora”.

Roig y su colega sospechan que esto significa que el ejercicio simplifica el trabajo que el cerebro tiene que hacer para recordar algo. “Lo que el ejercicio parece estar haciendo es reducir las demandas del cerebro, por lo que los recuerdos se pueden consolidar de manera más eficiente porque hay una conectividad mucho mejor de las diferentes partes del cerebro”.

Poner el ejercicio inmediatamente antes del aprendizaje motor también puede funcionar, por cierto. Pero hecho de esa manera, el ejercicio debe ser más moderado o existe el riesgo de cansar tanto a las personas que no puedan atender el aprendizaje. Cuando Roig ha separado el aprendizaje motor y el ejercicio en dos horas o más, los efectos beneficiosos sobre la retención desaparecen.

La posible importancia del sueño emerge en la última fase del estudio. Cuando los participantes regresan y juegan el juego ocho horas después, el grupo de ejercicios no parece ser mejor que el grupo de control. De hecho, nadie es muy bueno. Ese es un hallazgo que también ha aparecido en los estudios previos de Roig. Pero al día siguiente, 24 horas después del aprendizaje inicial, el grupo que ejerció muestra significativamente más memoria de la habilidad que el grupo de control. “Mi hipótesis es que existe una interacción entre el ejercicio y el sueño”, dice Roig. “Sabemos que dormir es relevante para la consolidación de la memoria y sabemos que el ejercicio puede mejorar la consolidación mental, pero lo que estamos viendo en mis estudios es que a menos que duerma, no se beneficia de los efectos del ejercicio”.

Lo que Roig llama “el triángulo” del ejercicio, el sueño y la memoria está relativamente inexplorado. Pero no por mucho. Acaba de comenzar un nuevo conjunto de estudios que incluirá monitorear a los participantes mientras duermen. “Creo que tal vez el ejercicio cambia la arquitectura del cerebro para mejorar la memoria, pero a menos que duermas no ves esta mejora”.

No podrá decirlo con certeza hasta que se completen los próximos estudios, pero la próxima vez que desee aprender una nueva habilidad, ¿por qué no planifica algún ejercicio posterior y una buena noche de sueño? No podría doler.

Copyright: Lydia Denworth 2018.

Referencias

Dal Maso, Fabien, et al. “El ejercicio cardiovascular agudo promueve cambios funcionales en las redes cortico-motoras durante las primeras etapas de la consolidación de la memoria motora”. NeuroImage 174 (2018): 380-392.