¿Puede un cerebro ciego aprender a ver?

Alguna vez se creyó que si naciste ciego, nunca aprenderías a ver. Tu cerebro se reorganizaría y la corteza visual se perdería. En consecuencia, millones de niños nacidos con formas tratables de ceguera, como las cataratas, no fueron tratados; fueron considerados una causa perdida. Investigaciones recientes han demostrado que muchos de estos niños pueden recuperar la capacidad de ver si se les administra una cirugía. Esta comprensión mejorada no solo da esperanza a los niños que nacen ciegos, sino que también demuestra una propiedad fundamental del cerebro: puede cambiar de manera dinámica y profunda a lo largo de nuestra vida.

La motivación para esta investigación provino de las sombrías perspectivas que estos niños siguen enfrentando en India y otras partes del mundo en desarrollo. Los niños ciegos rara vez reciben una educación completa, y cuando crecieron, sus oportunidades de empleo son limitadas. Además, su esperanza de vida es menos de la mitad de los niños nacidos con vista. 60% de estos niños nunca alcanzan la edad adulta.

Para abordar este mundo oscuro, un equipo de investigadores del MIT, dirigido por Pawan Sinha, formó el Proyecto Prakash (Sánscrito para 'luz'). El Proyecto Prakash se asoció con oftalmólogos en India para realizar cirugías en niños con formas tratables de ceguera. Eliminar las cataratas en estos niños no solo eleva sus perspectivas de vida, sino que también informa nuestra comprensión de cómo el cerebro desarrolla la vista.

Sesenta años atrás, cuando los neurocientíficos comenzaron a explorar cómo la corteza visual del cerebro procesa el mundo observable, descubrieron que al obstruir los ojos de los mamíferos temprano en la vida, sus cerebros se reconectarían y el área normalmente dedicada a la vista asumiría nuevas funciones. No nacemos con cerebros maduros, sino con cerebros listos para adaptarnos a nuestro entorno. Las primeras experiencias en la vida son fundamentales para moldear el cerebro y realizar las tareas que nos ayudan a navegar nuestro entorno. Con base en este hallazgo, los científicos y médicos creen que el cerebro tiene un período crítico para desarrollar la visión, y sin información visual durante este tiempo, el cerebro nunca aprendería a ver.

Aunque puede producirse ceguera irreversible si el ojo está completamente ocluido y el mundo está totalmente oscuro, muchos niños que nacen ciegos aún pueden detectar señales visuales débiles. Sus ojos perciben la luz, pero las cataratas en la lente de sus ojos crean un mundo nublado e indistinto, como si estuvieran envueltos en una niebla espesa. El cerebro está recibiendo una señal, pero no puede tener sentido hasta que se eliminen las cataratas y ganen agudeza visual.

Si el cerebro estuviera completamente maduro desde el nacimiento, se esperaría que la eliminación de las cataratas restauraría la visión y estos niños que anteriormente eran ciegos podrían ver tan bien como alguien que nazca con la vista. Sin embargo, la investigación de Sinha sugiere que este no es el caso.

Las primeras vistas del mundo son confusas y sin forma. El mundo está lleno de colores que se mezclan y se cruzan. En lugar de la Mona Lisa, el mundo se parece más a Jackson Pollock. Un triángulo que se superpone a un cuadrado parece una burbuja grande en lugar de dos formas distintas. El cerebro debe estar entrenado para detectar bordes de objetos, inferir profundidad y encontrar patrones.

La eliminación de las cataratas pone al cerebro en el camino hacia la restauración de la visión, pero eso es solo el comienzo. Aprender a ver lleva tiempo. Para comprender mejor el proceso, Project Prakash echó un vistazo a cómo el cerebro se conecta para cumplir funciones específicas.

Una de las hazañas extraordinarias del sistema visual humano es la capacidad excepcional de detectar caras; hay una parte específica del cerebro, el área facial fusiforme o FFA, dedicada exclusivamente al reconocimiento facial. Los humanos son mucho mejores en esto que la computadora más sofisticada. Como investigaciones anteriores han demostrado que los recién nacidos miran más hacia las caras que otros objetos, los neurocientíficos creían que el cerebro estaba precableado para devolverle la mirada a su madre. Sin embargo, el Proyecto Prakash ha proporcionado evidencia de lo contrario. Usando una resonancia magnética funcional, descubrieron que la región del cerebro responsable del reconocimiento facial se desarrolla durante un período de meses en los niños que han operado. El cerebro puede depender más del aprendizaje de lo que se suponía anteriormente. El cerebro no es exactamente una pizarra en blanco, porque casi todos comparten las mismas funciones, pero cuando nacemos está mucho más cerca de un bloque de piedra en bruto que de 'El Pensador' de Rodin.

El trabajo del Proyecto Prakash no solo demuestra que los niños nacidos ciegos pueden aprender a ver, incluso más tarde en la vida, sino que también informa nuestra comprensión de cómo funciona el cerebro. Este conocimiento es invaluable para los niños que viven con formas tratables de ceguera. Descubrir cómo el cerebro se adapta para restaurar la vista les da la capacidad de ver el mundo en el que viven y esto les da la oportunidad de una vida mejor.

Para obtener más información sobre el Proyecto Prakash, visite la página de inicio.