Tan fácil ser malo

Y encuentre formas de sentirse bien al respecto

La mente inconscientemente trabaja para proteger la autoestima. Sin intentarlo, realzamos las percepciones de nuestro propio atractivo e inteligencia. Más preocupante, tendemos a pisar ligeramente nuestras fallas éticas y morales.

Dos profesores de administración, Max Bazerman y Ann Tenbrunzel, informaron recientemente sobre cuán generalizado es este problema en los negocios. Concluyeron: "las personas siempre creen que son más éticas de lo que son".

Frente a las presiones para proteger a sus colegas o clientes, o para mejorar su propia imagen, tienden a doblegar las reglas, pasar por alto la información perjudicial y, a menudo, simplemente no recuerdan los hechos inconvenientes que conocen. Legalmente, por supuesto, pueden ser castigados por "mala conducta deliberada" o por negligencia grave ". Pero muchos ejemplos de lo que los autores llaman" desvanecimiento ético "caen en el área gris del juicio y la discreción.

Al informar sobre sus hallazgos en The New York Times, notaron que a veces los mismos procedimientos diseñados para desalentar los errores éticos pueden hacerlos más probables. La divulgación de conflictos de interés, por ejemplo, puede tener el efecto de absolver a quienes tienen el conflicto de mayor preocupación al respecto. También puede ofrecer a los clientes una confirmación falsa de que el problema ha sido detectado y resuelto. Pero la realidad de la tentación no es tan fácil de eliminar, y de hecho, puede ser más fácil ceder a la tentación si se ha limpiado la conciencia. (Ver, "Tropezar con mal comportamiento").

Del mismo modo, señalan que pagar una multa por contaminar el medio ambiente o descuidar las medidas de seguridad puede aliviar el dolor de la culpa. El precio puede hacer que una acción parezca más una transacción que una transgresión. De hecho, si hay un precio que se puede pagar, puede convertirse simplemente en otro costo de hacer negocios.

Esto no es un problema que pueda tratarse fácilmente. Los esfuerzos para imponer regulaciones y establecer departamentos para supervisar el cumplimiento de las normas éticas invitan a la subversión y la conspiración. A menudo conducen a luchas entre "nosotros" y "ellos" y "soluciones" ingeniosas. Por otro lado, tales medidas envían fuertes señales de que hay problemas serios que requieren atención.

Los autores afirman: "La verdadera reforma debe ir más allá de las multas y las divulgaciones; si queremos eliminar realmente los conflictos de intereses, debemos comprender la psicología que los respalda. "Eso es cierto, pero la conciencia y la atención plena no bastarán por sí mismas para mantener a raya las implacables fuerzas inconscientes del interés propio y la autoestima.

Los lapsos éticos casuales tienen que volverse más arriesgados y dolorosos. Alistar la ansiedad del peligro y el miedo a las consecuencias ayudará a las personas a ser más conscientes de los riesgos que corren. A la larga, esas son las fuerzas necesarias para contrarrestar el "desvanecimiento ético".

No podemos evitar que las personas infrinjan la ley o pongan en riesgo a sus colegas y clientes. Pero podemos hacer que el peligro sea más prominente y más difícil de negar.