Auténtica autoestima y bienestar, Parte VI: Relaciones

Dimensiones interpersonales de la autoestima.

Este blog entiende la autoestima como el producto de dos factores, a saber, la competencia y la dignidad de trabajar juntos, especialmente al enfrentar los desafíos de la vida (Mruk, 2018, 2013). Aunque mucho trabajo en el campo concierne al individuo, sorprende a algunos saber que también nos enfocamos en el papel que juega la autoestima en las relaciones. Dado que son una fuente primaria de valor, es importante considerar esta dimensión de la autoestima.

Muchos científicos sociales señalan que somos criaturas sociales porque las relaciones motivan gran parte de nuestro comportamiento. De hecho, la mayoría de nosotros pasamos un tiempo considerable buscando, luchando y (con suerte) disfrutando las relaciones. Una de las conexiones más importantes entre la autoestima y las relaciones es que proporcionan la aceptación y el tipo de valor que fomenta nuestro sentido de valía como persona, o la falta de valía si las cosas van mal.

Los Impactos de la Autoestima Baja y Defensiva en las Relaciones

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Según nuestra definición, la baja autoestima se debe a una falta de competencia combinada con un mal sentido de dignidad. La autoestima defensiva es más frágil o “delicada” porque un factor es alto y el otro es bajo en este caso, lo que crea inestabilidad. Estas dos deficiencias de autoestima pueden ser leves o graves. En cualquier caso, la autoestima baja o defensiva resta el bienestar relacional, al igual que lo hace para el bienestar individual.

Por ejemplo, las personas con baja autoestima a menudo subestiman cuánto los valora una pareja, lo que puede hacer que ambas partes se sientan menos apreciadas, atendidas o amadas. La baja autoestima también hace que sea más fácil para alguien disminuir o descontar la retroalimentación positiva de los demás, lo que puede disminuir la probabilidad de que una relación se forme, se profundice o perdure en el tiempo. Las personas con autoestima defensiva a menudo son demasiado sensibles a las críticas percibidas, desaires menores y otros fenómenos interpersonales negativos, ya sean intencionados o no. Esta combinación a menudo hace que sea difícil involucrarse con el tiempo. Ambos tipos de autoestima problemáticos implican que las personas se centren en protegerse a sí mismas en una relación, lo que disminuye la satisfacción de ambos socios.

Algunos investigadores se refieren a esta condición como “sensibilidad de rechazo” (Downy y Feldman, 1996). Por ejemplo, las personas con una autoestima baja o defensiva (quebradiza o frágil) a menudo se preocupan demasiado por la posibilidad de ser defraudadas o rechazadas por otros. Tal estilo interpersonal daña la capacidad de encontrar relaciones sanas o hacer las cosas que son necesarias para ayudar a nutrir una. Evitar compromisos, no enfrentar problemas, retirar el amor cuando sea necesario, distanciarse emocionalmente del otro, culpar o criticar innecesariamente a otros, algunas formas de infidelidad, etc., todo puede ser una forma de protegerse a sí mismo en una relación que esté relacionada. A problemas con la autoestima. Desafortunadamente, también socavan las relaciones y, a veces, incluso las destruyen.

El impacto de la autoestima sana o auténtica en las relaciones

Además de protegerse a sí mismo, la otra función importante de la autoestima es ayudar a las personas a ampliar sus posibilidades en la vida. Esta función también pertenece a la autoestima en las relaciones. La autoestima auténtica o saludable está conectada a cosas como ser aceptado por otros, cercanía, satisfacción conyugal (pareja) y la capacidad de brindar apoyo emocional a otros. En otras palabras, un buen grado de competencia y valor ayuda a una persona a asumir los riesgos necesarios para iniciar, sostener, profundizar o disfrutar de una relación.

Cuando se enfrentan a problemas en la relación, las personas con autoestima auténtica tienden a hacer todo lo contrario de las personas con autoestima baja o defensiva. En lugar de estrategias de rechazo, emplean “estrategias de prevención de rechazo” (Berenson & Downey, 2006). Estas conductas enfatizan la importancia o el valor de la relación. Por ejemplo, es más fácil para una persona con una autoestima saludable hacer las cosas que son necesarias para mantener o sanar una relación cuando está en problemas. Incluyen dejar de lado las propias necesidades de los demás, admitir la responsabilidad de un error y disculparse sinceramente por ello, compensar cuando es necesario que ocurra la curación, etc. Dichos individuos también reportan más juego, espontaneidad, disfrute, cercanía y satisfacción en muchas dimensiones de su relación, incluida su sexualidad y grado de compromiso. Incluso perciben a sus parejas en una mejor luz debido a la inclinación a centrarse en las características positivas, no negativas, de la persona. La mayoría de nosotros apreciaríamos este tipo de comportamiento relacional porque afirma nuestra valía como persona.

Autoestima y relaciones: una profecía autocumplida

Hay algo de “conclusión” a considerar sobre la autoestima en las relaciones. La mayoría de nosotros haríamos bien en recordarlo de vez en cuando. Los científicos sociales usan el término “reciprocidad” para describirlo, pero la idea es simple. La autoestima afecta y se ve afectada por las relaciones, algo parecido a una profecía autocumplida. De esta manera, la autoestima auténtica es beneficiosa tanto para la relación como para las personas dentro de ella.

Referencias

Downey, G., y Feldman, S. (1996). Implicaciones de la sensibilidad al rechazo para íntimos.

relaciones Revista de Personalidad y Psicología Social, 70, 1327-1343.

Berenson, K. y Downey, G (2006): Autoestima y sensibilidad al rechazo en relaciones cercanas. En M. Kernis (Ed), Problemas de autoestima y respuestas: Un libro de fuentes de las perspectivas actuales (pp. 367-373). Nueva York: Psychology Press.

Mruk, CJ (2018). Sentirse bien haciéndolo bien: una guía para el bienestar auténtico. Nueva York: Oxford University Press.

Mruk, CJ (2013). Autoestima y psicología positiva: investigación, teoría y práctica (4e). Nueva York: Springer Publishing Company.