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No me siento muy seguro financieramente en este momento. Soy un académico que sobrevive con lo que se llama “dinero blando”. La universidad en la que trabajo no me garantiza ningún salario. Todo mi dinero proviene de becas de investigación. Si no recibo las becas, no tengo salario. Mis subvenciones actuales finalizan en junio, y no tengo idea de cuál (si existe) de mis nuevas propuestas de subvenciones se financiará. Después de 25 años de estabilidad, estoy experimentando una inseguridad financiera por primera vez.
Recuerdo mi infancia cuando el sobre de dinero para los gastos del hogar estaba vacío durante los últimos días del mes. Esperamos el “día de pago” y la recompensa de medio galón de helado para compartir. Esta vida de mes a mes es cada vez más común en los EE. UU. Ahora por una variedad de razones, que incluyen ser parte de la creciente población de “trabajadores pobres”, trabajar por cuenta propia o simplemente comprar en exceso. La Encuesta de 2017 de la Junta de la Reserva Federal de Economía Doméstica y Toma de Decisiones (SHED, por sus siglas en inglés) informa que el 40% de los adultos tendrían que pedir prestado, vender algo o no podrían pagar si se enfrentan a un gasto de emergencia de $ 400. Esta tendencia hacia ahorros inadecuados y una deuda paralizante fue evidente en las recientes historias de dificultades para los empleados y contratistas federales durante el reciente cierre del gobierno.
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Ya sea temporal o en curso, experimentar inseguridades financieras no significa que tenga que vivir en un estado perpetuo de estrés y ansiedad. Hay maneras de ser amables con nosotros mismos y encontrar algo de alegría.
Concéntrese en el día de hoy y no haga “un viaje futuro”. Un día, casi me asusté por mi situación y de repente miré hacia arriba. Me senté en mi patio, con palmeras y pájaros cantando, con comida en el refrigerador y mi familia en buen estado de salud. Estaba perdiendo este momento perfecto para un mañana que podría terminar bien. Ninguna cantidad de preocupación sobre el futuro cambiará lo que venga. Mantenerse al tanto de las alegrías presentes hace que el momento presente sea radiante.
Históricamente, la familia y la comunidad fueron el seguro del individuo en tiempos de incertidumbre. La cultura occidental moderna parece considerar a una persona como débil si necesita la ayuda de otra persona, pero en algunas culturas, es la persona fuerte la que se permite confiar en las personas de su comunidad cuando la necesitan. A su vez, cuando las personas tienen medios, comparten generosamente con los demás. Este intercambio de recursos es más común en la historia y un componente clave de cómo generaciones de la humanidad han manejado la incertidumbre en la vida: encontrar amor y generosidad es más importante que el tamaño de su cuenta de ahorros.
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Referencias
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