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¿Cuándo fue la última vez que se sintió superado por la frustración, el miedo o la ira en el trabajo? Afrontémoslo, a pesar de querer lucir fresco y sereno en todo momento, todos hemos tenido momentos en que nuestras emociones han secuestrado todas las apariencias de profesionalismo. Entonces, ¿cuál es la mejor manera de lidiar con estas emociones?
“Tratar de reprimir sus emociones difíciles no hace que desaparezcan”, explicó la Dra. Leah Wiess, de la Stanford Graduate School of Business, y autora de Cómo trabajamos: viva su propósito, recupere su cordura y acepte la rutina diaria cuando La entrevisté recientemente. “Puede simplemente distraer su atención y energía de otras cosas en su día”.
Leah sugirió que, si bien esconder tus emociones difíciles en el trabajo puede parecer que es lo que hay que hacer, en algún momento estas emociones van a salir. Piense en ellos como un globo que está aplastando, ya sea que simplemente vuelven a aparecer o, eventualmente, si lo aprietan con la fuerza suficiente, se abrirá.
Entonces, ¿cómo puedes manejar las emociones difíciles?
Sus emociones difíciles, como la ira y el miedo, han evolucionado como mecanismos de supervivencia para ayudarlo a evaluar lo que está sucediendo en su entorno y las medidas que debe tomar. Por ejemplo, la ira puede ser una señal de que debe defenderse a sí mismo o algo o alguien que le importa. La vergüenza es una señal de que ha cometido un error que necesita corrección. Y el miedo puede estar diciéndote que necesitas tomar alguna acción preventiva. Cuanto más pueda aprender a identificar la respuesta emocional de su cuerpo y poder reconocer y nombrar sus emociones, más podrá comprender por qué una determinada situación desencadenó su reacción.
Leah recomendó que una práctica de atención plena puede ayudarlo a darse cuenta de cuándo sus pensamientos y sentimientos se han desviado y mejorar cómo devolverlos a donde quiere que estén. Puede ayudarlo a volver a encarrilarse cuando se distrae para evitar enfrentarse a sus sentimientos incómodos. Y cuando alinea su atención con su propósito, por lo que puede notar que cuando se impacienta con los demás y desea mejorar su comprensión de las perspectivas de los demás, puede aprovechar incluso sus situaciones más difíciles como un recurso para tomar decisiones sobre lo que dice y hacer. Entonces, de esta manera, su lugar de trabajo puede ser una oportunidad para practicar ser más consciente y compasivo, y para mantenerse en estas intenciones de la manera más amable posible.
“Cuando no te das cuenta de dónde pones tu atención, puedes estar al capricho de tus pensamientos y emociones”, dijo Leah. “Pero si puedes aprender a procesar las emociones de manera más útil, entonces puedes ser más productivo, sentirte mejor, tener mejores relaciones y estar más saludable”.
¿Cómo puedes aprender esto?
Leah comparte tres formas en que puedes procesar tus emociones con atención e intención.
¿Qué puedes hacer para aumentar tu intención en tu trabajo diario?