Generosidad

"No es ningún tonto que da lo que no puede mantener para obtener lo que no puede perder" -Jim Elliot

A lo largo de los años he tenido muchas conversaciones sobre la generosidad, los beneficios de ser generoso y la importancia de hacerlo desinteresadamente y con alegría … sin pensar en recibir algo a cambio … sin preocuparme por que me aprovechen.

Experimento la conversación y la misma reacción general, ¿eh? – a menudo. Siempre hay sorpresa en mi deseo e incluso determinación de dar, y curiosidad ante la idea de que pueda no estar supeditado a alguna prueba preventiva de que el receptor corresponderá, o al menos será agradecido.

Esto tiene sentido desde la perspectiva de la separación y la escasez, donde las "invasiones de la privacidad" y los "cruces fronterizos" se verían naturalmente como tales. Sin embargo, las líneas solo se pueden cruzar una vez que se han establecido; cuando la generosidad se ve como una oportunidad transparente e incluso trascendente de conectarse, compartir y contribuir a la vida de otro, la experiencia es completamente diferente.

Para algunos, este punto de vista es insoportablemente simplista e idealista, si no peligroso. De hecho, la psicología exige el establecimiento de límites como un requisito previo para la creación de relaciones saludables con uno mismo y los demás. Sin embargo, existe una postura autorizada de apertura total que brinda seguridad y disponibilidad, una postura en la que nunca me he sentido explotado, impuesto o abrumado personal o profesionalmente. De lo contrario; estas experiencias han llegado solo después de intentar alguna medida de compartimentación, separación o aislamiento en un esfuerzo por autoprotegerse … un esfuerzo que paradójicamente mina la energía y la conciencia global requerida para ver y sentir lo que realmente está sucediendo.

Estos principios son igualmente aplicables en el rendimiento. La generosidad no es simplemente el ideal de un idealista. Es una disciplina en el arte, como en la vida, que se requiere para hacer las transiciones de bueno a grande a extraordinario. Recibes lo que das; es solo con una mente, corazón y espíritu abiertos y disponibles que uno puede verdaderamente afectar y tocar a los demás.

Nuestras actuaciones y vidas no se trata de ofrecernos a nosotros mismos sobre un límite llamado 'entre nosotros'. Son una oportunidad para derribar esa ilusión. La energía que se gasta se pregunta cómo presentar y proteger simultáneamente la energía que no se gasta realmente con los demás. Ríndete y verás que los milagros, personales, profesionales y performativos, son posibles.