Límite de configuración y mejor comportamiento en los niños

El periódico publicado la semana pasada generó mucho revuelo en Pediatrics, que encontró que los niños de siete años cuyos padres imponen horarios regulares de acostarse se comportan mejor que otros sin tener que ir a dormir a la cama.

La mayoría de los comentaristas interpretaron estos hallazgos como una correlación entre el sueño insuficiente y el mal comportamiento, y viceversa. Eso tiene sentido: los niños que no tienen horario de acostarse generalmente terminan yendo a la cama (y a dormir) más tarde, por lo tanto, duermen menos.

Sin embargo, hay otra posibilidad, y es que los padres que mantuvieron a sus hijos en un horario regular fueron mejores para establecer (y mantener) los límites para sus hijos. La fijación de límites es una parte muy importante de la crianza de los hijos, y esto es cierto no solo con respecto a las horas de acostarse y los patrones de sueño, sino también a las elecciones dietéticas, las tareas domésticas, el trabajo escolar y el comportamiento interpersonal.

Esta interpretación se conecta con los hallazgos de otro estudio publicado en 2010, que analizó el efecto de las horas de acostarse y el estado de ánimo parental en los adolescentes. Los investigadores encontraron que cuanto más tarde la hora de acostarse del niño, era más probable que el niño tuviera síntomas de depresión y / o pensamientos suicidas. Si bien es cierto que las personas que dormían más tarde también dormían menos, los adolescentes con horarios de cama más tempranos tendían a describir a sus padres como más afectuosos que aquellos que tenían horas de acostarse más tarde. Los niños cuya hora de dormir se estableció a medianoche o más tarde tenían un 24 por ciento más de probabilidades de sufrir depresión, y un 20 por ciento más de probabilidades de tener pensamientos suicidas que los niños cuyas horas de acostarse eran 10 o más temprano.

Es cierto que la interrupción insuficiente del sueño y el sueño se asocian a la depresión. Sin embargo, el hallazgo de que los adolescentes con horarios de cama más temprano sintieron que sus padres se preocupaban más por ellos puede ser común en ambos documentos. La conclusión es que los niños necesitan límites y límites establecidos por sus padres. Esto no solo promueve un mejor comportamiento y autodisciplina, sino que también aumenta la sensación de seguridad.

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Dennis Rosen, MD

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