Su batalla de dinero entre "querer" y "debería"

Desea enviar a sus hijos a la universidad, pero, por otro lado, tuvo problemas para pagar su propia matrícula.

Desea jubilarse con seguridad financiera, pero, por otro lado, no desea esperar hasta los 70 años para divertirse y viajar.

No desea que los saldos de las tarjetas de crédito cuelguen sobre su cabeza, pero por otro lado desea ir de vacaciones, decorar su casa y no escatimar y ahorrar para cada compra.

Estás lidiando constantemente con elecciones y decisiones que impactan tu vida hoy y hacia el futuro. Visualizar ese nuevo reloj de Apple en tu muñeca o las vacaciones en el Caribe es una obviedad, pero es mucho más difícil pensar décadas en el futuro.

La guerra interna entre el querer y el deber es una batalla constante. Intelectualmente puede razonar los motivos de ahorro para la jubilación o la universidad o no gastar de más en su flujo de caja. Pero la conexión eléctrica en tu cerebro -la que racionaliza todas las razones por las cuales el mañana se va a encargar de sí misma- supera al pensamiento racional.

Y ahí radica el problema.

Esa mentalidad de todo o nada es una receta para la insatisfacción. Si vives solo por hoy, la ramificación financiera en el futuro es un desastre. Si vives solo para el futuro, tu felicidad hoy sufre. ¿La respuesta correcta? Intenta un poco de equilibrio.

1. Comience con una lista de sus MUSTS inamovibles. ¿Qué no es negociable cuando se trata de sus objetivos financieros? Puede ser educación, jubilación, vivir libre de deudas u otra cosa que toque el núcleo de sus creencias.

2. Comprenda qué significan esos objetivos en términos de tiempo, dólares disponibles y la cantidad de riesgo que está dispuesto a asumir. Sin cuantificar el número final, estás bastante a oscuras (y no olvides tener en cuenta los efectos de la inflación).

3. Sepa que hay varios tipos de riesgo. En términos de los objetivos de su vida, existe el riesgo de que algo no suceda y el riesgo asociado con el crecimiento de sus activos para alcanzar su objetivo. Necesitas dirigirte a ambos.

4. Conozca su flujo de efectivo: lo que entra y lo que sale. Si no conoce sus números, está prácticamente terminado antes de comenzar.

5. Cree una lista de objetivos "ahora" o de corto plazo que aumentarían su satisfacción con la vida, junto con su costo financiero.

6. Reconozca que sin crear más ingresos para cubrir sus deseos y necesidades, su única opción es reducir sus gastos. Considere si puede cambiar sus gastos sin sentirse miserable.

7. Comience. Nada sucede para aumentar tu felicidad a menos que tomes medidas. Quedarse atrapado en todas las variables no sirve. Comience ahora y refine a medida que avanza. Por ejemplo, si ahorrar para la jubilación es vital, asegúrese de estar contribuyendo a un plan de jubilación. Puede que no sea el número "correcto", pero es un comienzo hasta que tenga una mejor idea de lo que va a tomar.

8. Obtenga ayuda si la necesita. Si no tiene el conocimiento financiero, busque ayuda. Trabaja con un planificador calificado solo de tarifas que puede ayudarte a definir y refinar tus ideas en términos de tu vida y tu dinero.

O, por otro lado, no podrías hacer nada.