Tratamiento psicoanalítico de los trastornos de la alimentación

Cuando las palabras fallan y los cuerpos hablan

A pesar de la larga historia de contribuciones psicoanalíticas al tratamiento de los trastornos alimentarios, los esfuerzos contemporáneos han perdido de vista los conocimientos que nuestro campo ha proporcionado. En mi propio trabajo, me sorprende repetidamente lo poco que la sensibilidad psicoanalítica infunde defensa del desorden alimentario, investigación y tratamiento basado en la evidencia (ver Wooldridge, 2016, por mis propios esfuerzos para contrarrestar esta tendencia). De hecho, estos esfuerzos enfatizan y respaldan el tratamiento basado en evidencia centrado en la reducción rápida de síntomas. Por ejemplo, el tratamiento “estándar de oro” para adolescentes con anorexia nerviosa es la terapia familiar, que promueve una posición “agnóstica” con respecto a los factores etiológicos, particularmente el papel de la familia en el desarrollo de un trastorno alimentario del niño (Lock et al. 2001). Y, de hecho, hay evidencia considerable que sugiere que ningún estilo familiar particular está implicado en el desarrollo de la anorexia nerviosa (Eisler, 1995). Además, esta posición puede ser efectiva para mitigar la vergüenza y el estigma, lo que puede facilitar el compromiso con el tratamiento, un primer paso esencial en todo el trabajo con esta población difícil.

Sin embargo, los terapeutas que trabajan con problemas de alimentación e imagen corporal a menudo escuchan historias sobre el impacto aplastante de la crítica multigeneracional sobre el peso, el tipo de cuerpo y la apariencia (Zerbe, 2016). También escuchamos acerca de los múltiples significados de la comida, el peso y la forma del cuerpo, y cómo esos significados están integrados en complejos sistemas familiares y culturales. A lo largo de todo esto, intentamos comprender y resonar con la profunda angustia transmitida por los sufrimientos corporales. Reflexionando sobre este difícil trabajo, a menudo he pensado que nuestro énfasis en la reducción rápida de los síntomas no solo significa nuestra intención de ayudar lo más rápido posible, sino también nuestra necesidad de evadir el enfrentamiento con un profundo dolor emocional.

En última instancia, un énfasis en la reducción rápida de los síntomas puede llevarnos a descuidar aspectos menos manifiestos y menos fáciles de medir de la experiencia del paciente. Los pacientes con trastornos alimentarios se enfrentan a un difícil panorama emocional marcado por el aislamiento y la soledad, así como por la vergüenza, la culpa y la vergüenza, por no mencionar una profunda desesperanza acerca de las posibilidades de la conexión emocional. Sin embargo, la ayuda con estas luchas nunca se encontrará en una píldora o en un conjunto de ejercicios terapéuticos, a pesar de la utilidad potencial de ambos. En cambio, solo a través de una conexión emocional significativa podemos ayudar a los pacientes a “soportar lo insoportable y decir lo indecible” (Atwood, 2012, p.118).

Terrance McLarnan

Fuente: Terrance McLarnan

Es con estos pensamientos en mente que estoy encantado de presentarles nuestro nuevo libro editado, Tratamiento psicoanalítico de los trastornos alimentarios: cuando las palabras fallan y los cuerpos hablan . Este libro reúne a algunos de los clínicos y pensadores más talentosos que están creando puentes entre el psicoanálisis y el tratamiento de los trastornos alimentarios y las preocupaciones sobre la imagen corporal. Este volumen habla de la conceptualización y el tratamiento psicoanalítico de los trastornos de la alimentación, así como de los problemas contemporáneos, incluidos los medios sociales, los foros de pro-anorexia y cuestiones culturales más amplias, como la publicidad, la moda e incluso la agroindustria. A partir de nuevos desarrollos teóricos, varios capítulos proponen nuevos modelos de tratamiento, mientras que otros profundizan en la compleja convergencia de la cultura y la psicología en esta población de pacientes. Es mi esperanza, como editor del volumen, que este libro haga una contribución valiosa al campo y contribuya a un diálogo constructivo adicional.