Una gran semana para Couch Potatoes

Ha sido una gran semana para los teleadictos. En primer lugar, el Chicago Tribune ejecutó una redada que arroja dudas sobre la proposición de que el esfuerzo físico evita la demencia. Luego, los Archivos de Psiquiatría General intervinieron con investigaciones que sugerían que el ejercicio podría no disminuir la ansiedad o la depresión.

Al observar a casi 6000 gemelos de los Países Bajos y 2600 parientes cercanos, los investigadores encontraron que sí, que el ejercicio se correlaciona con un estado de ánimo sin problemas, especialmente en las mujeres, pero que esta asociación probablemente sea genética. Las personas inclinadas a hacer ejercicio también son personas protegidas contra la alteración del humor; los desconocidos "factores genéticos comunes" pueden subyacer a ambas tendencias.

Este hallazgo impresionante y, una vez propuesto, razonablemente intuitivo, arroja al menos una sombra sobre la investigación que ha encontrado que el entrenamiento físico es un tratamiento (a veces modestamente efectivo, a veces poderoso) para la depresión.

En un debate reciente sobre National Public Radio sobre enfoques alternativos al trastorno del estado de ánimo, planteé el tema de la "intención de tratar". La mayoría de los estudios de intervenciones como el ejercicio son ensayos "completos". Miran a las personas que siguen el régimen y ven cómo se mejoran. Pero, por supuesto, las personas que no estaban dispuestas a hacer ejercicio podrían abandonar la rama de "intervención activa" de un ensayo de "correr". Si esas son las mismas personas que tienen una predisposición a un estado de ánimo bajo, entonces cualquier resultado de investigación positivo se vuelve sospechoso. Tal vez no sea el ejercicio, sino la presión para que los sujetos vulnerables abandonen el estudio, lo que hace que correr se vea mejor que el placebo. El análisis de los Archivos deja en claro por qué deberíamos mantener tratamientos alternativos a los mismos estándares de investigación que se aplican a la psicoterapia y la medicación.

Recomiendo al menos una prueba de ejercicio para todos mis pacientes deprimidos. Pero un buen número ya se está ejercitando vigorosamente, el ejercicio no es una panacea.

A pesar de la nueva evidencia, he vuelto a mi régimen de verano de natación y ciclismo. Volveré sobre el tema de intención de tratar en este momento, en mi segunda publicación prometida sobre terapia conductual cognitiva en el tratamiento de la ansiedad.

Adición: durante la noche encontré un estudio de "ejercicio versus medicamento para la depresión" que usa un análisis de "intención de tratar". Las dos intervenciones se ven igual de buenas, pero ambas tienen tamaños de efecto bajos. Aun así, dependiendo de cómo el ejercicio interactúa con la resiliencia, el problema de sesgo que surge de los abandonos selectivos puede no estar totalmente eliminado.