Wangari Maathai: Un héroe mío ha muerto

Uno de mis héroes murió esta semana. Wangari Maathai era la combinación inusual de activismo social y humildad. Tuvo el coraje de obtener un título universitario cuando pocas mujeres keniatas iban a la escuela, recibió su doctorado en los EE. UU. Y luego se enfrentó a la discriminación como profesora en su país de origen.

Maathai dedicó su vida a mejorar la vida de las campesinas mediante el simple acto de plantar árboles. Esto unió a las mujeres en acciones colectivas que desafiaron al establecimiento masculino.

Maathai se encontró involucrada con organizaciones de autoayuda de mujeres de todo el mundo y fue en una visita suya a Nueva York, donde se reunió con Lisle Burn, Líder de la Sociedad de Cultura Ética de Brooklyn, quien estaba trabajando con mujeres en Haití y mi esposa. y tuve la oportunidad de conocerla personalmente. Varios años después visitamos su sede de Greenbelt en Kenia. Como era de esperar, ella no estaba allí, sino en el campo, ensuciándose las manos en el suelo plantando árboles.

Maathai confrontó frontalmente al gobierno cuando planeaba construir un rascacielos en el centro de Nairobi. Lideró a las mujeres en una sentada prolongada en la que el gobierno se desintegró con gas lacrimógeno y excavadoras. Una vez más fue arrestada, pero esta vez la sangrienta escena fue transmitida por CNN y el gobierno pronto la liberó.

Maathai a menudo era hostigado, detenido y golpeado por el gobierno. Ella fue llamada una mujer loca por el presidente y un héroe en todo el mundo. Ella continuó organizando grupos para plantar árboles, árboles y más árboles, empoderando a las mujeres a lo largo del camino, salvando el medio ambiente y desafiando el poder.
Fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz y, finalmente, aceptada como tesoro nacional. Esa fama no se tradujo en una carrera política exitosa. Ella fue elegida, luego se retiró de su cargo, principalmente porque apoyó la remoción de ocupantes ilegales de los bosques cercanos.

Cuando Lyn y yo conocimos a Maathai, ella era cálida, genuina, de voz suave y fuerte. Esto era carisma en su mejor expresión, una fuerza dirigida hacia el bien de la humanidad. Para nosotros, ella fue un modelo de cómo se puede cambiar el mundo para mejor a través de la dedicación a lo que puede parecer una cosa pequeña, plantar un árbol, y seguir siendo nada más que una persona común.