Cortes de pelo y walk-outs: el lado malo del control parental

Los cortes de pelo forzados y los berrinches maternales son ejemplos de fallas en la disciplina.

A medida que los niños maduran y sus cuidadores pasan mucho tiempo, energía y recursos financieros en su nombre, incluso los padres más razonables pueden enojarse cuando un niño se desvía de las expectativas de su familia. Desafortunadamente, cuando esto ocurre, los padres a veces responden de maneras puerilmente extrañas, causando estragos en el bienestar de sus hijos.

Casos y contextos

En una instancia recientemente compartida por un padre en las redes sociales, una adolescente que tenía reflejos rubios colocados en su cabello como un regalo de cumpleaños de su madre fue castigada por su padre por lucir su nuevo estilo. ¿Su consecuencia? Un corte de pelo drástico que redujo sus trenzas largas y fluidas de extenderse más allá de sus hombros hasta apenas el pulgar de largo, de unos pocos centímetros de largo. La madre de la niña ha informado que su hija ahora está devastada y usa una peluca para ocultar su pelo corto y muy corto. Asumiendo que esta descripción de los eventos es precisa, las acciones de este padre ejemplificaron el control autoritario, que se ha documentado que tiene un efecto contraproducente en el buen comportamiento de los niños.

En otro incidente recién grabado en video en una conferencia de prensa, se ve a la madre de un atleta estudiante estrella, Jacob Copeland, alejarse de él con aparente disgusto en el Día de la Firma Nacional, durante uno de los momentos más cruciales de su vida. La madre de Copeland estaba presumiblemente molesta por su anuncio de que tenía la intención de “ir con su corazón”, comprometiéndose a asistir a una universidad que es contraria a su preferencia. Mientras ella regresó para abrazar a su hijo poco después de irse, este incidente parece ser un caso de control psicológico.

El control psicológico es una explotación intrusiva del vínculo entre padres e hijos. Incluye la retirada del afecto o la inducción de la culpa a un niño como un medio para influir en su comportamiento. El control autoritario, como lo demuestra el padre de la adolescente cuyo cabello fue cortado, también tiene un impacto negativo en los niños. Al privar a su hija de la autonomía sobre su propio cuerpo, este padre hizo más para generar resentimiento y desprecio que para inspirar la reflexión interna o el cambio.

Sin lugar a dudas, hay información de contexto adicional que enmarca la narrativa de cada padre, y los padres pueden expresar inquietudes legítimas que precedieron a sus acciones, ya sea relacionadas con la dinámica familiar, el historial de conductas problemáticas de los niños u otros factores relevantes. Aun así, desairar públicamente a un niño o imponer radicalmente su voluntad en el cuerpo de un niño son respuestas inútiles de los padres ante cualquier situación.

La forma en que los padres administran su poder en las relaciones entre padres e hijos ayudará a predecir la calidad de las relaciones familiares más adelante. Se espera que los padres sean la voz de sus niños pequeños. Deciden, por ejemplo, si deben o no bautizar a su hijo en su iglesia local, o si deben perforar o no las orejas de su bebé. Los padres también toman decisiones que pueden cambiar la vida, como elegir entre un entorno Montessori o una escuela más convencional para su hijo. A medida que pasa el tiempo, los padres normalmente liberan parte de su control, teniendo en cuenta diversas variables, incluido el nivel de madurez del niño, su historial de buen juicio y el impacto que una determinada decisión puede tener en la vida de un niño. A un adolescente se le puede otorgar el permiso de los padres para hacerse un tatuaje, pero se le han impuesto limitaciones con respecto al tamaño y la ubicación del tatuaje que puede obtener. O bien, a un estudiante de secundaria se le puede permitir tomar una clase de carpintería y una de costura, pero no se le dará opción cuando se tome una clase de matemática avanzada que proporcionará opciones más amplias para la matriculación en la universidad. La clave es que las decisiones se produzcan en un contexto que fomente la conversación bidireccional y demuestre empatía con los padres.

Un camino hacia un futuro mejor

Construir relaciones cálidas, practicar la escucha activa y ser respetuoso de los puntos de vista de un niño lo acerca más a la confianza e inversión total de los padres, mientras que las tácticas de castigo emocionalmente agresivas hacen todo lo contrario. Un control similar al de un control parental hace que los niños tengan más probabilidades de experimentar ansiedad y depresión. Y, cuando los padres adoptan un enfoque “a mi manera o a la carretera”, generalmente se olvidan de centrarse en el estado emocional del niño y en desarrollar sus habilidades de autorregulación, lo que solo perjudica la capacidad de los niños para tomar buenas decisiones cuando se vuelven adultos.

Si la influencia es lo que un padre desea tener en la vida de un niño -y qué padre no-vale la pena recordar que las prácticas de crianza bidireccionales se suman a una apuesta mucho más segura para el éxito que las duras acciones unilaterales tomadas para ejercer control parental.

Referencias

Larzelere, Robert E., et al, (eds) (2013). Parenting autorizado: sintetizando el cuidado y la disciplina para el desarrollo infantil óptimo. Washington, DC: American Psychological Association Press.